Carlos Salvatore y Patricio Gorosito aparecen en la causa como los principales engranajes de esta banda que -según se presume- operaba desde 2003 y realizaba entre dos y tres envíos de cargamentos de cocaína a Europa disimulados en carbón vegetal, con origen en una empresa de Quitilipi, en la provincia de Chaco.

Salvatore es un abogado porteño que eventualmente adquirió a través de testaferros -esto se investiga en una causa por supuesto lavado de dinero que se inició el año pasado- más de 60 empresas que operaban en la Argentina, Estados Unidos y Europa.

Durante un megaoperativo que llevó adelante en marzo pasado la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), que incluyó 39 allanamientos en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Santiago del Estero y la ciudad de Buenos Aires, se secuestraron documentos muy importantes para las causas que giran en torno al proceso denominado genéricamente Carbón Blanco.

En la computadora de Salvatore se halló un archivo con la descripción de las reuniones que se realizaban en Rosario con distintas personas de nacionalidad colombiana a quienes se les había ofrecido el traslado de 300 kilogramos de cocaína a Europa a cambio de un millón de dólares.

En el expediente también figura el testimonio de Rolando Direnzo, miembro del grupo, quien declaró que "el negocio del transporte de cocaína a Europa se pagaba con el 30 o 40% de la droga".

Con un solo cargamento de 400 kilos de cocaína para su exportación a la banda le quedaban entonces unos 120 kilos de droga. En la Argentina esa cantidad de estupefacientes está valuada en más de un millón y medio de pesos.

Nueve años antes de caer preso en Europa por la causa Carbón Blanco, Patricio Gorosito tomó vuelo en Santa Fe como un empresario futbolístico. En 2002 perdió por un puñado de votos las elecciones del Athletic Arroyo Seco.

Pero eso no detuvo su ímpetu: un año después decidió construir su propio club, que llamó Real Arroyo Seco. En un predio de 21 hectáreas, hizo siete canchas de fútbol, con un estadio para 12.000 espectadores que podían sentarse en butacas de plástico, y un hotel de cuatro estrellas.

La edificación estuvo a cargo de la empresa Constructora Deportiva SA, propiedad de Genaro Aversa, yerno del fallecido presidente de la AFA Julio Grondona. El estadio, tapizado con un césped impecable, se vio en las transmisiones de TV porque Tiro Federal de Rosario jugó de local allí en su breve paso por la Primera División en la temporada 2005

2006.

En las reuniones de tinte futbolístico en Santa Fe y luego en Santiago del Estero, donde Gorosito se radicó por un tiempo, el "empresario" mostraba "chapa" de ser "amigo" de Grondona y vendía sus influencias en la AFA. Se jactaba, además, de una relación con Lionel Messi. El 4 de octubre de 2006, Gorosito firmó un acuerdo con el Barcelona, cuyo presidente, Joan Laporta, presidió el acto en Arroyo Seco y le entregó la camiseta N° 10, la de Messi, con la inscripción "Gorosito" en la espalda. Él le dio la naranja del "Real", con la publicidad del restaurante Katrine.

El crack rosarino usó el club durante su recuperación, en marzo de 2008. Lionel era vecino. La casa de Messi está cerca del estadio, sobre el río, en el country Azahares del Paraná. "Acá nadie te va a molestar, pibe", le dijo entonces Gorosito.

Las instalaciones del Real Arroyo Seco fueron vendidas cuatro años después a Rosario Central por 16.100.000 pesos. En ese momento, Gorosito, ya realizaba los contrabandos de droga a Europa, según surge de la investigación que se ventilará desde pasado mañana.(LaNacion)