"Superclásico Boca-River en Córdoba. Querían hacerlo el 9. No se puede. Hay paro. Ofrecimos que se haga el 10, se van de vacaciones. No se hace.", publicó en su cuenta de Twitter oficial el gobernador de la provincia de Córdoba, José Manuel de la Sota (@DelaSotaOk).

"Garantizamos la seguridad al Boca-River. Los equipos no aceptaron hacer reunión de camaradería después del partido. Una pena.", agregó.

Por su parte, Guillermo Tofoni, promotor del evento, explicó que "tanto River como Boca estaban disponibles para jugarlo el martes", pero que "el paro nos obliga a suspender el partido por fuerza mayor".

"El 10 de octubre hay doble fecha FIFA por lo que es una probabilidad jugarlo ahí", añadió al programa 'Esto es River' Tofoni, quien aclaró que "había más de 40 mil entradas vendidas, que las deben conservar para la próxima fecha".

El encuentro amistoso entre los dos clubes más importantes del país estaba previsto para este próximo martes a las 19 horas en el estadio Mario Kempes pero no se puede realizar porque coincide con el paro nacional del transporte, y así se postergará para dentro de cuatro meses, algo que ven con buenos ojos ambos equipos.

"No era el momento para jugar, este partido le sirve al morbo del fútbol argentino", señaló justamente hoy el entrenador de Boca, Rodolfo Arrubarrena, en referencia a que el último cotejo en el que se enfrentaron terminó con escándalo en la Bombonera en el entretiempo de la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores.

En aquella ocasión, el 14 de mayo pasado, cuatro jugadores de River fueron agredidos con gas pimienta cuando salían a jugar el segundo tiempo y así el cotejo fue suspendido cuando igualaban sin goles.

El encuentro se le dio por ganado a River por 3-0 (ya había ganado en la ida por 1-0) y así avanzó a los cuartos de final del certamen continental en el que luego eliminó a Cruzeiro de Brasil (0-1 de local y 3-0 de visitante).