La memoria de Edgardo Prámparo se sostiene por su padre Roberto, quien dijo que “las autoridades deberían acordarse un poco más de los héroes de Malvinas”.
Roberto, insiste que “hay calles con nombres de usureros” y no del caído de la ciudad en el buque de la Armada Argentina durante la guerra de Malvinas.
“Las autoridades deberían acordarse un poco más de los héroes de Malvinas, porque hasta ahora no hacen nada por ellos, están totalmente olvidados y es una preocupación muy grande”.
“Es importante que el pueblo argentino sepa que hubo una guerra y calló mucha gente, tiene que estar en el recuerdo de cada uno, el hundimiento del Belgrano está totalmente olvidado”, relató Prámparo.
“Ese día del hundimiento me entere por radio, estaba de viaje, luego llame por teléfono me contaron cómo fue”.
Historia
El 2 de mayo de 1982, a las 16, el crucero recibió el impacto de dos torpedos que fueron disparados por el submarino nuclear `Conqueror`, cuyo comandante fue autorizado a iniciar el ataque por la entonces primera ministra británica Margaret Thatcher.
“El crucero General Belgrano hizo honor a su lema: irse a pique antes de arriar el pabellón nacional. La bandera fue lo último que se vio. Luego en la balsa en la que me encontraba, mis conscriptos entonaron el himno nacional, con ellos pasé las 36 horas de supervivencia”, relató el comandante de la nave, capitán de navio Héctor Bonzo, a los pocos días del rescate.
El hundimiento del crucero General Belgrano, en el marco del conflicto de Malvinas, es considerado por muchos como un crimen de guerra porque la nave fue atacada cuando se encontraba fuera del área de exclusión de 150 millas alrededor de las islas, que había sido impuesta unilateralmente por los ingleses.
De los 1.093 tripulantes del navío, sólo 740 fueron rescatados con vida luego de permanecer casi tres días en sus balsas, a la deriva, en las heladas aguas del Atlántico sur. 323 fueron los caídos en el ARA General Belgrano: muchos de ellos jóvenes que fueron a pelear y perdieron la vida en combate.