Con extrema lentitud, los equipos de rescate comenzaron ayer a distribuir la ayuda a los damnificados del terremoto en las zonas más remotas de Nepal tras el sismo de 7,8 grados, que por el momento dejó más de 5000 muertos. Esa cifra podría trepar a 10.000 a medida que los socorristas liberan rutas y caminos para acceder a decenas de aldeas que aún permanecían aisladas.

En Gorkha, uno de los distritos más castigados por el sismo, los habitantes, rodeados de casas destruidas en medio de pilas de madera y techos de metal, alzaban los brazos al cielo pidiendo agua y comida, mientras los sobrevolaba uno de los seis helicópteros que India envió a Nepal.

"La tierra sigue temblando, incluso esta mañana [por ayer]. Parece como si fuera a tragarnos, como si fuéramos a morir. Quiero irme de aquí", explicó Sita Gurung, de 24 años, señalando a lo lejos su casa, que quedó destruida, en el pueblo de Lapu, en Gorkha, antes de que un militar indio la evacuara de la zona en una camilla.

La pequeña localidad de Gorkha, el núcleo de transportes y comercio del distrito, sirve como base para llevar rescatistas y suministros a esos lugares remotos tras el sismo del sábado. A algunas localidades se podía acceder sólo por aire luego de que deslaves bloquearon las rutas de montaña.

En Ghodatabela, cerca de Gorkha, hubo un deslizamiento de tierra y el funcionario distrital Gautam Rimal dijo que las autoridades recibieron reportes del desastre, pero luego perdieron contacto. El poblado está a 12 horas a pie del pueblo más cercano, y está en una popular ruta de trekking. Por el momento no está claro si entre los desaparecidos hay excursionistas.

Algunas mujeres que bajaban de los helicópteros en Gorkha hacían muecas y lloraban de dolor y eran incapaces de caminar o hablar, después de tres días de agonía luego de resultar heridas en el temblor.

Sita Karki se dobló de dolor cuando los soldados la levantaron. Sus piernas, rotas e hinchadas, habían estado atadas a vastos haces de heno entrelazados para formar improvisadas tablillas.

Pese a que la ayuda internacional comenzaba a ser liberada del colapsado aeropuerto de Katmandú, las condiciones climáticas obstaculizaban los avances en la asistencia médica y humanitaria.

Geoff Pinnock, del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, lideraba un convoy de camiones que se dirigía al Norte, hacia las zonas más afectadas, cuando empezó a llover, dejándolos atrapados. Los rescatistas que llegaron a las proximidades del epicentro contaron que pueblos enteros quedaron reducidos a escombros.

"En algunas localidades, alrededor del 90% de las casas se cayeron. Están arrasadas", dijo Rebecca McAteer, una médica norteamericana que se dirigió a la zona más afectada por el terremoto desde el hospital nepalí donde trabaja.

En Katmandú, miles de personas empezaron a salir de la ciudad en ómnibus abarrotados con gente sentada en los techos que querían volver a sus pueblos de origen. También se veían largas colas en las estaciones de servicio y los supermercados, tomados por asalto para hacerse con productos básicos como arroz o aceite.

Las personas que decidieron quedarse en la capital durmieron a la intemperie en tiendas improvisadas porque han perdido sus casas o por el miedo a las réplicas si vuelven a sus hogares.

Los hospitales y las morgues de la ciudad están llenos y los médicos trabajaban sin descanso para atender a las víctimas, muchas traumatizadas o con fracturas múltiples.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas inició una operación de emergencia para proporcionar comida a cerca de 1,4 millones de afectados por el terremoto en Nepal, con un costo de más de 116 millones de dólares.

Hasta ayer, el número de muertos por el terremoto alcanzaba 5057 y el de heridos, 10.915, mientras la cifra de desplazados internos se ampliaba a más de 450.000 personas.

Pero las autoridades y las agencias internacionales temen que el número de víctimas mortales supere las 10.000 con el paso de los días, cuando las operaciones de rescate alcancen los pueblos y aldeas que permanecen aislados e incomunicados.

Fuente: Agencias EFE, Reuters y DPA