Nació hace 42 años en Barranquilla, Colombia, pero más de la mitad de su vida la pasó en Los Angeles tratando de ganar reconocimiento como actriz. Y, finalmente, gracias a su trabajo en la serie Modern Family, Sofía Vergaraconsiguió convertirse en una estrella de Hollywood... con todo lo que eso implica.

Entre esas "bondades" que trae la fama se encuentra, por ejemplo, la posibilidad de llegar a la tapa de la Vanity Fair, y que sea la mismísima Annie Leibovitz quien se ocupe de las fotografías. En la edición de mayo de la revista, Sofía muestra su curvilínea figura y, además, habla sobre cómo fue el camino a convertirse en esa mujer que siempre soñó ser, con lo bueno y lo malo de tener que adaptarse a los estándares de la Meca del cine occidental.

Para su más reciente película, Hot Pursuit, por ejemplo, Vergara cuenta que tuvo que contratar a un coach que lo ayudó a mejorar su inglés y dejar atrás su acento colombiano. "Tuve que trabajar mucho. Es muy cansador y aburrido. Y encima tengo mal oído. He estado en este país por más de 20 años y todavía sueno igual que el día que llegué... Así que iba a las audiciones y en lo único que podía concentrarme era en la posición de la lengua y no en la actuación. Y luego pensé que si no podía obtener un papel por mi acento, seguro que ese no era un papel para mi", aseguró a la revista.

Durante la entrevista, otro tema a tratar fue el de su redondeada figura, algo que puede parecer una completa bendición pero... "Mis pechos son enormes... Mi vida entera, tratando de comprar un corpiño decente, fue una pesadilla. Lo que solía hacer, ni bien me mudé a Los Angeles, era ir a los negocios donde vendían corpiños para strippers. Créeme, desearía tener prótesis en los pechos... Me acuesto boca abajo y todo se va por ese camino... No es divertido", apuntó.

La Nación