"Estoy sin palabras. Hemos trabajado mucho este invierno y es un resultado formidable. Estoy tan emocionado que no puedo hablar", atinó a decir el piloto alemán Sebastian Vettel poco después de quedarse con el Gran Premio de Malasia de Fórmula 1 , e instantes antes de subir al podio a celebrar.

"íFantástico!, íFerrari ha vuelto!", gritó por radio uno de los ingenieros de la escudería italiana apenas el bólido rojo de Vettel llegó a la meta.

"El número uno ha vuelto, Ferrari ha vuelto", le dijeron a Vettel por radio al cruzar la bandera a cuadros.

"Grazie, grazie. ¡Forza Ferrari!", gritó en respuesta mientras celebraba su cuarta victoria en Sepang, un circuito que favoreció a la escudería italiana durante años con siete victorias en 17 ediciones desde 1999.

Vettel tuvo una temporada triste en Red Bull en 2014, incapaz de sumar una victoria y muy lejos de los primeros puestos.

Tercero en Australia, pero a cierta distancia de Mercedes, Vettel y Ferrari mostraron su potencial real en los entrenamientos y la sesión de clasificación y fueron capaces de trasladar esa fuerza a la carrera.

Cuando se apagó el semáforo en la salida, Hamilton se distanció de Vettel pero la carrera giró a favor de Ferrari cuando un accidente del Sauber de Marcus Ericsson obligó a salir al coche de seguridad.

Mientras que Mercedes hizo entrar a sus dos pilotos a boxes a cambiar a los neumáticos duros, Vettel permaneció en pista con el compuesto medio y mantuvo la ventaja lograda hasta el final de la carrera, mientras Mercedes trataba de recuperar terreno pero sin ser capaz de contenerlo.

El otro piloto de Ferrari, Kimi Raikkonen, superó una dura clasificación y un pinchazo inicial para finalizar cuarto, con bastante distancia sobre los Williams de Valtteri Bottas y Felipe Massa.

Vettel, que finalizó quinto en la clasificación el año pasado tras cuatro títulos consecutivos, ganó carreras con tres equipos diferentes: Toro Rosso, Red Bull y Ferrari.