El Gobierno empezó ayer a acomodar sus piezas en el tablero electoral: el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, bajó su precandidatura presidencial y se lanzó a competir para suceder a Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires.

El anuncio lo hizo el propio Domínguez, tras recibir el apoyo de la Presidenta. "Después de hablar con @CFKArgentina quiero comunicar mi decisión depostularme como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires", dijo anoche en su cuenta de Twitter. "Si Dios y el pueblo me dan la oportunidad, seré gobernador", agregó.

Para que no quedara ninguna duda de que la decisión contaba con el respaldo de la Casa Rosada, Domínguez fue anoche el invitado estelar de 678, el programa elegido en muchas ocasiones por el Gobierno para clarificar la línea discursiva y la agenda política oficial, por la TV Pública.

"Hay dos proyectos de país. Uno liberal y otro, que es el nuestro, que tiene al Estado como garante de la igualdad", dijo, en el lanzamiento televisivo de su precandidatura. Todavía con un registro nacional en su discurso, Domínguez agregó que "el kirchnerismo vino a convalidar la razón de ser del peronismo".

Por oposición a Daniel Scioli, a quien criticó muy duramente durante el último año, Domínguez aparece más cercano a la precandidatura presidencial de Florencio Randazzo. Pero en el entorno del diputado aclararon que no está decidido un alineamiento con ninguno de los aspirantes a suceder a Cristina. La definición de esa estrategia, explicaban, le corresponde a la Presidenta.

Muy abajo en las encuestas presidenciales, Domínguez es el primero de los siete precandidatos del oficialismo que resigna su plan presidencial. Además de Scioli y Randazzo -los dos mejor posicionados en las encuestas-, todavía mantienen sus aspiraciones el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri; el ministro de Defensa, Agustín Rossi; el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el legislador porteño Jorge Taiana.

La decisión del presidente de la Cámara baja de volcarse a la provincia de Buenos Aires es el primer indicio claro de que la Casa Rosada depurará la disputa interna presidencial del oficialismo, aunque todavía no está claro si la batalla estará limitada a dos postulantes o si habrá más.

VARIOS CANDIDATOS

Por ahora, en la provincia de Buenos Aires la disputa del Frente para la Victoria también está superpoblada. Domínguez se suma a un pelotón de precandidatos que ya integraban el titular de la Anses, Diego Bossio; el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, y el intendente de Berazategui, Juan Patricio Mussi. A ellos hay que agregar a Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora, que todavía no definió si se postulará o no.

El peso político que le da ser el presidente de la Cámara baja y el respaldo explícito de Cristina Kirchner a su decisión de postularse en el territorio bonaerense parecen darle a Domínguez una ventaja inicial, al menos en el interior del oficialismo. Del resto de los precandidatos, Mussi es el más cercano a la Casa Rosada. En el entorno del diputado no descartaban una fórmula conjunta.

El estudio de la TV Pública estaba colmado por dirigentes y militantes del Grupo San Martín, el espacio que había creado Domínguez para sostener su plan presidencial y que ahora pondrá al servicio de su postulación a gobernador. Durante todo el día, referentes de ese sector, como los diputados Mario Oporto, Andrea García y Gastón Harispe, pusieron en práctica una suerte de operativo clamor que preparó el terreno para el anuncio.

La precandidatura de Domínguez arranca, además, con un apoyo de un dirigente con acceso irrestricto a Olivos: en la tribuna estaba Camilo Vaca Narvaja, novio de Florencia Kirchner y militante del Grupo San Martín.