Hubo festejos ayer ante la residencia romana del ex premier italiano y magnate Silvio Berlusconi. Decenas de simpatizantes celebraron la sentencia de la Corte Suprema italiana que anteanoche lo absolvió en forma definitiva del humillante "caso Ruby" -por la joven marroquí "Ruby Robacorazones"-, también llamado "bunga bunga".

Berlusconi había sido condenado en primera instancia a siete años de prisión por incitación a la prostitución de menores, pero había sido absuelto en segunda instancia en julio pasado.

"Archivada esta triste página, regreso a la política para luchar por una Italia mejor", anunció en un comunicado el ex Cavaliere, que luego, fiel a su estilo, prometió a sus simpatizantes "bunga bunga para todos". Más allá del clima de fiesta, Berlusconi, de 78 años, tiene varios desafíos por delante: recomponer a la centroderecha, más dividida que nunca; enfrentar otros procesos judiciales, y sortear la ley Severino, que prohíbe ejercer cargo público alguno durante seis años a quien fue condenado definitivamente con penas de dos años, como es su caso, por fraude fiscal.