Es el día 'D' para Dominique Strauss-Kahn. El ex responsable del Fondo Monetario Internacional presta en estos momentos declaración ante el Tribunal de Lille, en el norte de Francia, donde está siendo juzgado por un presunto delito de proxenetismoagravado, de ser el principal promotor (y beneficiario) de una red que prostitución de altos vuelos que prestaba servicios en orgías tanto en Francia como en Estados Unidos.

Poco después de las 09:00 horas el automóvil negro de DSK llegó al Tribunal Penal de Lille, donde fue recibido por tres activistas del movimiento feminista Femen. Las tres mujeres, con el pecho descubierto y pintadas sobre su cuerpo, han recibido al ex ministro de Economía francés con insultos y al grito de "¡Culpable!". Han conseguido detener su vehículo y encaramarse al mismo antes de ser detenidas por agentes de la Policía.

DSK, de 65 años, está intentando convencer a los jueces de que no tenía ni idea de que las mujeres que participaban en sus orgías eran prostitutas. De hecho, sus primeras declaraciones han sido que no sabía que las mujeres que acudían a las orgías eran prostitutas.

Sin embargo, la versión de DSK se tendrá que enfrentar a la que ofrecerán dos meretrices. Una de las prostitutas con las que se tendrá que ver la cara, Mounia, ayer declaró que había sido elegida por unos de los empresarios que organizaba las orgías, David Roquet. "¿Tenía que mantener una relación sexual con Dominique Strauss-Kahn?", le preguntó el presidente del tribunale, Bernard Lemaire. "Sí, Roquet me dijo que había venido a ver si podía gustarle a ese hombre", contestó Mounia.

"¿Realmente nos quiere hacer creer que es un ingenuo o es que piensa que somos todos idiotas?", sentenciaba recientemente Jade, uno de las prostitutas que participaban en las fiestas eróticas de DSK y que se ha convertido en su principal acusadora. Según su testimonio, en las orgías el ex ministro era "el rey de la fiesta" y solía estar rodeado en la cama por siete u ocho chicas. "¿Piensa que esas chicas jóvenes, estaban allí sólo por el gusto de satisfacerlo?".

Si fuera declarado culpable el ex ministro socialista francés podría ser condenado a pasar hasta 10 años en la cárcel y a pagar una multa de un millón y medio de euros, aunque nadie cree que acabará entre rejas.

Un reciente sondeo realizado por Le Parisien mostraba que la popularidad de Strauss-Kahn sigue siendo bastante alta en Francia, hasta el punto de que el 79% de los encuestados considera que hubiera sido mejor presidente que François Hollande.

El Mundo