alguien entró o salió del departamento de Alberto Nisman el día de su muerte puede que no quede ningún rastro, que no haya sido filmado, que no haya hecho sonar alarmas ni quedara anotado en los registros de la guardia. La fiscal a cargo del caso, Viviana Fein, informó ayer que se encontraron "graves anomalías" en el sistema de seguridad del complejo Le Parc, que permitirían que personas ajenas al lugar hubieran ingresado y salido sin quedar registradas.

Es la primera confirmación oficial de la vulnerabilidad del sistema: si alguien entró para matar a Nisman o para instigarlo a suicidarse, es factible que ni las cámaras ni los registros informáticos del control de ingresos tengan noticias de él.

Según el informe preliminar que le entregó la División de Operaciones Técnicas Especiales (DOTE), no funcionaba el sensor volumétrico en el perímetro del complejo de torres; es decir, alguien podría haber saltado el cerco sin que el sensor detectara el movimiento.

Tampoco había cámaras activas en el acceso de servicio del edificio Boulevard -donde vivía Nisman-, en el segundo subsuelo de la cochera común, en las escaleras, en el ascensor ni en el palier de servicio.

Así lo informaron fuentes que conocen lo informado por la DOTE, que la semana pasada terminó un relevamiento de una semana en el complejo Le Parc.

Del total de cámaras, más de 160, casi la mitad no funcionaba: estaban apagadas o mal enfocadas. "Por más que no anduvieran algunas, son muchas más cámaras que en otros edificios", se defendió esta semana Juan Pablo Toro, director de la empresa Seguridad Integral Empresaria, que tiene a su cargo la seguridad de la torre.

Fuentes judiciales dijeron además que, incluso en los accesos donde sí había cámaras, eran muchos los "puntos ciegos".

Relataron también que Nisman había autorizado el ingreso de algunas personas, como por ejemplo sus custodios, sin que quedaran anotados sus nombres en los controles. Los investigadores no dieron a conocer todavía la lista completa de quienes estaban autorizados.

Los vecinos de Le Parc hacía tiempo que tenían quejas sobre el sistema de vigilancia. Se estaban evaluando cambios en materia de seguridad, a tal punto que el consorcio encargó el año pasado un relevamiento de todas las cámaras del complejo a una empresa de primera línea, informaron fuentes del edificio.

"El sistema es totalmente franqueable y violable", dijo Fein ayer por la tarde. Fue una jornada intensa de declaraciones y aclaraciones para la fiscal.

La revelación de estas conclusiones la hizo a través de un comunicado dado a conocer por la Procuración ayer por la mañana.

El objetivo central de ese documento no era dar cuenta de esto, sino aclarar que sí se había encontrado en el edificio de Nisman el borrador de la denuncia contra la Presidenta sobre el que había informado Clarín el domingo. En este borrador, que Nisman descartó, se preveía pedir la detención de Cristina Kirchner y su canciller, Héctor Timerman. Anteayer, en un segundo comunicado, Fein había sostenido lo contrario: que no había borrador. De acuerdo con la fiscal, hubo un "error de interpretación" en el primer informe. Este "error" se dio -según ella- porque dictó el comunicado por teléfono.

En su comunicado, Fein acompañó a esta aclaración el dato de que ya tenía el adelanto sobre la seguridad del edificio.

La fiscal declaró: "La División de Operaciones Técnicas Especiales (DOTE) de la PFA efectuó durante la semana pasada un relevamiento ocular de todo el complejo Le Parc e informó de manera verbal el resultado de la labor ya finalizada, que será plasmado en el informe correspondiente. A título informativo, se tomó conocimiento de graves y serias anomalías que permitirían ingreso y egreso al complejo Le Parc sin quedar registrada la presencia de personas ajenas al lugar."

Éste es sólo uno de los peritajes que están pendientes en la causa.

No se conocen todavía los resultados de los estudios toxicológicos realizados sobre el cuerpo del fiscal, que deberán determinar la posible presencia de alguna sustancia. Se espera que este estudio esté terminado entre el viernes de esta semana y el lunes de la próxima.

Además, deberá iniciarse ahora un nuevo peritaje "microscópico de barrido electrónico" sobre las muestras tomadas de las manos de Nisman para buscar rastros de explosivos, que llamativamente no fueron encontrados en la primera prueba. Por razones técnicas, no empezará hasta el viernes. Se va a hacer en Salta y estará a cargo del área de Miscroscopía Electrónica, dependiente del Cuerpo de Investigaciones Fiscales de la Procuración General de esa provincia. Funcionarios de la fiscalía van a viajar a controlar el estudio.

Además, sigue la ronda de testigos y aún no terminaron de declarar los empleados y funcionarios de la Unidad Fiscal AMIA, que dirigía Nisman. Varios testimonios debieron postergarse. En plena feria judicial, muchos estaban de vacaciones.

Las declaraciones que ya se tomaron arrojaron elementos importantes para la causa. Permitieron confirmar, por ejemplo, que hacía más de un año que Nisman investigaba el supuesto encubrimiento de la Presidenta y también reconstruir sus últimos días.

Pero la prueba más esperada es el peritaje que se hará sobre los teléfonos y las computadoras que el fiscal tenía en su departamento el día que murió. Los investigadores ya recibieron un detalle de las llamadas entrantes y salientes de los tres teléfonos de Nisman, pero la fiscal decidió que no se abrirá este informe hasta que la querella (representada por la ex mujer de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado), no haya designado a los expertos que la representarán. Anteayer, Fein ordenó que se le notificara a Arroyo Salgado que tiene 24 horas para presentar a sus peritos. Si no lo hace, el peritaje se hará sin ellos, afirmaron fuentes cercanas a la fiscal. Está claro que conocer cuanto antes las últimas comunicaciones mantenidas por Nisman es clave para investigar los motivos de su muerte.