Despliega las alas y viaja, se transporta, sueña. Le crecieron desde muy chica, en su Córdoba natal, mientras miraba y suspiraba frente a la tele, entre pelea y pelea con su hermano Sebastián por el control remoto.

El buscaba una película de acción; ella quería ver Intrusos (a Jorge Rial –53–, en realidad). Anhelaba actuar, triunfar en la Buenos Aires lejana y gigante. Volaba, entonces, con la imaginación de sus propios antojos, dejándose llevar.

En casa, mamá Betty –empleada pública de tiernas maneras, el espejo donde siempre supo reflejarse– se multiplicaba, porque ya no estaba papá. “Ese me gusta, mami”, le decía Loly, y señalaba al conductor. Luego sobrevendría la primera oportunidad, la televisión, el teatro, las ilusiones tejidas con paciencia, y más tarde el romance, el de toda la vida, ahora sin la incomodidad de una pantalla.

Es cara, caricia a caricia, con un hombre famoso, influyente, el Rial con el que fantasea desde hace tanto. Con quien sueña casarse, tener un hijo, y si ocurre en el 2015 que apenas arranca, todavía mejor. Superada la crisis y “en nuestro mejor momento”, Mariana disfruta de románticos fines de semana en Villa Carlos Paz –cuando el periodista y conductor la visita–, mientras brilla en las tablas. Su nombre ocupa la marquesina de Los bañeros se divierten en el Teatro del Lago, donde ella sorprende con danza, acrobacia y actuación, un combo que la encuentra más madura que nunca.

SU ACTUACION EN BAÑEROS: “Siempre tuve ganas de demostrar de lo que soy capaz. Para esta temporada, Romina Propato (directora artística) sabía todo lo que podía darle a Los bañeros..., tanto en la destreza como en la actuación. Amo hacer esto. Lo estoy disfrutando muchísimo. Así me preparé, también...”

“Hay que estar preparada para colgarse con un arnés, adecuarse a la altura, el vértigo... Es un esfuerzo muy grande y lo pude sacar adelante. ¿Querías volar? Ahí tenés. Me exige muchísimo y eso me gusta, porque siempre voy por más”.

     

SU PAREJA CON JORGE RIAL: “La separación con Jorge fue terrible. Sentí la angustia, el dolor acá en el pecho... El no querer levantarme de la cama... No podía creer el momento que estaba viviendo”.

“Hoy volvimos a estar firmes como pareja, muy bien con las nenas, con la familia. Pudimos dar vuelta la página. La pasión está intacta, más fuerte que nunca”.

“Él me da amor, seguridad, protección. Es el hombre que siempre quise tener. Mi estilo de hombre. Físicamente me encanta; y su forma de ser; su look, todo. Jorge aprende de mí y yo maduro con él”.



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