El papa Francisco nombró ayer a 20 nuevos cardenales, de los cuales 15 se sumarán al grupo que escogerá a su sucesor, con elecciones que fortalecieron a la Iglesia Católica en América latina, África y Asia, alejando su centro de poder del mundo desarrollado.

Se trata de la segunda vez que Francisco, de 78 años, usa la creación de nuevos dirigentes para dar su marca a la Iglesia Católica. Los dos grupos de nuevos cardenales aumentan la probabilidad de que el próximo papa sea no europeo, al igual que Francisco.

Entre los cardenales no electores se encuentra el argentino Luis Villalba, arzobispo emérito de Tucumán, que según dijo ayer a la nacion se enteró de la designación por televisión, durante la transmisión de la oración del Angelus, cuando el Pontífice anunció la nominación el próximo 14 de febrero de los 20 nuevos purpurados (ver aparte).

Dos días antes de la ceremonia solemne de investidura, el Papa examinará junto con todo el Colegio Cardenalicio, convocado para un consistorio, la reforma de la curia romana, uno de los mayores desafíos de su pontificado.

De ese organismo de gobierno del Vaticano, sumido en los últimos años en escándalos de corrupción, filtraciones a la prensa y encubrimiento de abusos sexuales, Francisco sólo nombró cardenal al francés Dominique Mamberti, ex canciller de la Santa Sede.

"El 12 y el 13 de febrero sostendré un consistorio con todos los cardenales para reflexionar sobre las orientaciones y las propuestas para la reforma de la curia romana", dijo el Papa.

Como ya hizo en febrero de 2014, el papa argentino eligió a purpurados de algunas diócesis de las que nunca antes había salido ningún cardenal, como Myanmar, Tonga y Cabo Verde. El año pasado, el Papa creó el primer cardenal haitiano de la historia durante su primer consistorio.

En tanto, Uruguay, un país de mayoría católica, pero que históricamente mantiene distancia de la Santa Sede, también tendrá por segunda vez en su historia un cardenal cuando Francisco consagre a Daniel Fernando Sturla Berhouet, arzobispo de Montevideo.

Los otros nuevos electores proceden de Italia, Francia, Portugal, Etiopía, Nueva Zelanda, Vietnam, México, Tailandia, España, Panamá. En total, nueve de los 15 vienen de países del mundo en desarrollo.

El papa dijo a los fieles congregados en la Plaza San Pedro que los príncipes de la Iglesia vienen "de todos los continentes" y "muestran el lazo indeleble con la iglesia de Roma a las iglesias en el mundo".

El vocero de la Santa Sede, Federico Lombardi, justificó la ausencia de cardenales estadounidenses y canadienses al argumentar que "su número ya era consistente en el órgano y continúa estable".

El Santo Padre "no se siente encadenado a la tradición" de que las grandes ciudades en Italia, u otras partes de Europa o Estados Unidos, deban tener cardenales automáticamente para liderarlas, agregó Lombardi.

Con los nuevos nombramientos, además de elegir pastores del Sur, el Papa confirmó el final de los nombramientos automáticos de las llamadas diócesis "cardenalicias", una ley no escrita, según los cuales obtenían el birrete sus arzobispos durante el primer consistorio disponible. Benedicto XVI había comenzado a alejarse de esta tradición, haciendo esperar a los titulares de diócesis italianas, mientras en el pasado obtenían el nombramiento a pesar de que su predecesor no hubiera cumplido todavía los 80 años.

El Colegio Cardenalicio crece con cinco nuevos miembros no electores, nombrados por el Papa en recompensa por su trabajo en el seno de la Iglesia.

El próximo 14 de febrero, la asamblea de cardenales pasará a contar con 228 miembros, de los cuales 125 son electores en caso de cónclave.

Tras ese consistorio, habrá 34 cardenales electores elegidos por Juan Pablo II, 60 nombrados por Benedicto XVI y 31, por Francisco.

"El panorama general aquí es que él se está acercando a la periferia", dijo John Allen, autor de numerosos libros sobre el Vaticano. Allen dijo que "si bien hay algunos moderados reconocidos, no hay conservadores reconocidos".

Al elevar a monseñor Alberto Suárez Inda de Morelia, México, el papa Francisco quiso poner la atención en el sufrimiento de una zona que ha sido asolada por la violencia relacionada con el narcotráfico, dijo el Vaticano.

Europa, con 57 cardenales electores, sigue siendo el mayor bloque de votación, pero el mundo en desarrollo verá subir sus cardenales a más de 50.

Con las nuevas designaciones, el pontífice argentino sigue trabajando en la modificación de equilibrios internos del Colegio Cardenalicio, órgano más importante de la Iglesia, al hacerlo menos eurocentrista.

En febrero pasado, durante el primer consistorio de su pontificado, el papa Francisco nombró a 19 nuevos cardenales, entre ellos, una decena de "la periferia", según la fórmula que a él le gusta emplear.

EVO DICE QUE EL PAPA PIDIÓ DATOS SOBRE UN LITIGIO

El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó ayer que el papa Francisco pidió información sobre la demanda marítima boliviana y le enviaron un libro sobre el diferendo que mantiene con Chile elaborado por la Dirección de Reivindicación Marítima (Diremar), que depende del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Morales hizo la revelación tras ser consultado en una entrevista con el canal estatal sobre si algunos presidentes o el papa Francisco pueden mediar en el reclamo boliviano a Chile de una salida al mar.

"No estoy seguro del Papa, aunque me pidió documentación. Yo le pasé documentación, el libro que se hizo gracias a Diremar y [al ex presidente] Carlos Mesa. Se ha enterado y tiene la documentación", dijo el presidente boliviano, que se excusó de dar más detalles sobre el tema.
Mesa (2003-2005), que es vocero de la causa marítima, ayudó a la Diremar a elaborar el llamado Libro del Mar, con la historia y la argumentación del reclamo a Chile por una restitución del acceso soberano al Pacífico, perdido en una guerra de fines del siglo XIX.

A fines del mes pasado, Morales dio por hecho que el papa Francisco visitará Bolivia este año, en el marco de una gira por América del Sur, aunque el Vaticano aún no confirmó fechas y países.

Agencias AFP, ANSA, DPA y EFE