La  cita era para presentar propuestas y equipos técnicos para administrar la provincia de Buenos Aires, pero Darío Giustozzi convirtió el acto de ayer, en Parque Norte, en el lanzamiento de su candidatura a gobernador bonaerense. Así lo confirmó a LA NACION el propio jefe de la bancada de diputados del Frente Renovador minutos antes de subirse al escenario. Envalentonadísimo. "Voy a sacar a la provincia de la inseguridad y el miedo", advirtió.

Ayer, con todo, la fuerza que lidera Sergio Massa pasó por mucho más de lo que se vio en Parque Norte. De hecho, Giustozzi pudo ver por primera vez en meses que los astros se alineaban con sus ambiciones. No sólo porque dos de sus rivales internos, el diputado Felipe Solá y el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, se encargaron esta vez del "trabajo sucio" de criticar con dureza a Martín Insaurralde, su némesis, sino porque el propio Massa decidió poner el cuerpo para convalidar el desplante hacia el esposo de Jésica Cirio.

"Esto es para marcarle la cancha a Insaurralde frente a todas las versiones de su pase", fue el mensaje que escucharon en boca de Massa quienes lo acompañaron hasta las puertas del acto de Giustozzi, donde Massa se sentó en primera fila junto a su mujer, Malena Galmarini, el ex ministro de Gabinete Alberto Fernández, el diputado chubutense Mario Das Neves y, entre otros, los intendentes de Mercedes, Carlos Selva, y de Junín, Mario Meoni.

Las mismas voces, hasta no hace mucho, escuchaban al tigrense impacientarse porque Giustozzi no despegaba en las encuestas y hablaban del acto de ayer como del "último" empujón a su candidatura. Pero Massa parte y reparte con cartas distintas cada semana y nada parece definitivo dentro de su espacio.

Desde el escenario, Giustozzi adelantó algunos de los ejes programáticos que esperar desarrollar como gobernador y presentó a los equipos técnicos que comandarán el economista Aldo Pignanelli, el ex Bapro Hugo Guerrieri y Diego Gorgal, entre otros. Pero también se esforzó por marcar los "fracasos" de la gestión de Daniel Scioli, a la que presentó como el "derrumbe", y denunció: "Tratan de esconder la mugre debajo de alfombras de color naranja".

Pero Giustozzi también se aseguró de mimar a Massa con un video en el que lo mostró como la continuidad de Hipólito Yrigoyen, Juan Domingo Perón y Arturo Frondizi, entre otros. Los elogios llegaron también a la "militancia" de Malena Galmarini, constantemente retratada en las pantallas gigantes. No es el único que quiere a la esposa del jefe como compañera de fórmula.

En diálogo con LA NACION, Giustozzi evitó hablar de Insaurralde, pero se mostró afín a sumar al diputado Francisco de Narváez. "Es importante buscar coincidencias políticas con quienes tenemos coincidencias programáticas", dijo. De acuerdo con su lectura, un opositor como De Narváez "no hunde" el barco de Massa, como sí lo haría Insaurralde.

Quienes sí aporrearon al lomense fueron Solá y Posse. El primero lo identificó con "el glamour mediático" y la "irresponsabilidad" de no haber estado "20 minutos" en el Congreso. Posse fue más duro: lo definió como "un mal elemento" y "el dinero de un sector del juego", en alusión a Cristóbal López. "El Massa que incorporaría a esta personalidad no es el que conocemos", completó.

Ante tanto tumulto, Massa citó a todos sus candidatos a gobernador a una reunión, la semana que viene. Quiere fijar reglas de juego. Las que él dicta cada semana. (LANACION)