El documento que el sínodo de los obispos prepara para presentar al papa Francisco sostiene que los homosexuales “deben ser respetados”. Además, plantea “formas” para que los divorciados puedan recibir la bendición.

Los participantes en esta reunión extraordinaria, que finalizará el domingo, reflexionan sobre la manera realista de recibir a los gays en la Iglesia Católica, según explicó ayer el relator general del sínodo, el cardenal húngaro Peter Erdo.

Sobre las uniones entre homosexuales, se parte de la idea de que estas personas “tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana”, pero aún se interroga sobre cómo encontrar un camino realista de recibimiento en la Iglesia.

“Las personas homosexuales deben ser respetadas, como es respetada la dignidad de toda persona independientemente de su tendencia sexual”, apuntó Erdo.

Esto representa un cambio radical en la posición de la Iglesia frente a la homosexualidad, la cual siempre fue considerada un “intrínseco desorden” y, en tiempos medievales, un delito (la sodomía) que merecía la pena de muerte.

Hay que recordar que este sínodo convocado por el papa Francisco es extraordinario y sólo hará propuestas, las cuales serán revisada en el sínodo ordinario de octubre de 2015.

Sin embargo, estos dos sínodos representan uno de los momentos más importantes del pontificado de Jorge Bergoglio, una especie de concilio temático sobre la familia, célula fundamental de los 1.200 millones de católicos del mundo.

En cuanto a los divorciados, el sínodo reconoce la necesidad de tomar “opciones pastorales valientes” sobre lo que se denomina como situaciones familiares difíciles, según se refiere en el documento.

El teólogo Bruno Forte explicó que se ha debatido sobre la posibilidad de que los divorciados puedan volver a recibir la comunión, siempre y cuando inicien un camino de purificación con el que obtengan la ayuda de Dios para evitar volver a fracasar.

Pero, según subrayó Erdo, existen otras muchas formas para que los divorciados puedan obtener la bendición, como la obtienen los niños antes de hacer la comunión.

El documento del sínodo también abre la puerta para que la Iglesia flexibilice su postura respecto del uso de métodos anticonceptivos.