Como si se tratara de un evento deportivo, la predicción de los ganadores al Nobel de la Paz se define por las preferencias en las apuestas. Este año los candidatos que pican en punta para la definición de mañana en Oslo son el papa Francisco, el médico congoleño Denis Mukwege, la paquistaní Malala Yousafzai y el ex analista de la CIA Eric Snowden.

Francisco, que sería el primer papa en ganar el premio, encabeza las listas de las casas de apuestas, aunque con menos fuerza que con la que contaba hace un año Malala, la adolescente atacada por los talibanes por defender la educación femenina en su país.

Snowden, que viene de ganar el "Nobel Alternativo", cuenta con el aval de académicos noruegos de prestigio, pero su elección es poco factible y él lo sabe. "Es improbable que el Comité Nobel apoye algo así, pero...", afirmó recientemente durante una videoconferencia desde Moscú, donde se encuentra refugiado. El principal obstáculo para que esto ocurra es que Estados Unidos reclama su captura por haber revelado una trama de espionaje mundial impulsada por Washington.

Otros que aparecen bien situados en los pronósticos son el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; el ex canciller alemán Helmut Kohl; el activista norteamericano Gene Sharp; el científico chino Yuan Longping; la etíope Catherine Hamlin, y Frank Mugisha, activista ugandés por los derechos de los gays.

Se sabe también que entre los nominados de este año figuran el presidente de Uruguay, José Mujica, y las Madres de Plaza de Mayo, de la Argentina.

Sin embargo, el Comité Nobel no difunde la lista de candidatos hasta pasados 50 años y lo único que confirma ahora es el número de candidatos, que este año alcanzó la cifra récord de 278.


SÍNODO
Mientras los obispos de todo el mundo que participan del sínodo extraordinario sobre los desafíos de la familia entraron de lleno en las discusiones sobre las denominadas situaciones irregulares -parejas de hecho, gays y divorciados vueltos a casar-, el arzobispo argentino Víctor Manuel Fernández, muy cercano al Papa, explicó ayer con claridad qué es lo que busca Francisco.

"Si nosotros venimos al sínodo sólo a repetir lo que dijimos siempre, la Iglesia no crece", advirtió Fernández en una atestada conferencia de prensa en el Vaticano, en la que también dijo que la doctrina puede evolucionar.

"Cuando decimos que un sínodo es ante todo pastoral, esto no quiere decir que no se pueda profundizar sobre la doctrina. Porque si no parece que la pastoral fuera algo de segunda calidad, sin cabeza", dijo. "La Iglesia hace algunos siglos aceptaba pacíficamente la esclavitud y cambió de idea porque hubo una evolución en la doctrina, y eso sigue pasando", agregó.

Por otro lado, destacó que este sínodo -mientras crece la expectativa sobre qué sucederá al final de un segundo el año que viene- abrió un proceso cuyos frutos se verán más adelante. "El Papa siempre piensa que «el tiempo es superior al espacio», que las cosas se van gestando lentamente, que lo que interesa es iniciar procesos, más que querer forzar decisiones. Y esos procesos producirán frutos en el momento adecuado", sostuvo.

Vicepresidente de la comisión que redactará el mensaje final y rector de la Universidad Católica Argentina, Fernández -que sorprendió por su buen italiano y claridad de ideas- también dijo que entre los padres sinodales nadie pone en duda la indisolubilidad del matrimonio. Pero hay quienes apuntan a un "realismo comprensivo", que debe acompañar los sufrimientos de las personas en situaciones difíciles, añadió.

"El Evangelio tiene que llegar también donde están las prostitutas, los más pobres, los más sucios, los peores pecadores", explicó.

EL "BUEN PASTOR"

En este marco, subrayó que mientras muchos se imaginan al pastor "lindo, que se parece casi a una mujer", en la Biblia "el pastor es un hombre sucio, que no se peina nunca, que está lleno de barro porque está al lado de las ovejas, día y noche; es un hombre que huele mal, ése es el buen pastor del cual Jesús hablaba", dijo, al evocar el ejemplo de los curas villeros argentinos que siempre respaldó Jorge Bergoglio.

Cordobés de 52 años y apodado "Tucho", ante una pregunta sobre qué pasará al final del sínodo, Fernández despertó risas: "El Papa dijo: «Hablen con claridad, no hay que esconder nada, no tienen que tener miedo de que el cardenal [Gerhard] Müller les venga encima»", dijo.

Aludió así al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que como otros conservadores rechaza aperturas en temas como la cuestión de los divorciados vueltos a casar. "El Papa dijo «hablen con claridad» porque si no no llegamos nunca a una síntesis, a lo que el Señor nos pide. Pero también dijo que escuchen con mucha humildad. Por eso no nos peleamos, decimos lo que cada uno cree y, al final, somos todos amigos", concluyó.

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