La tasa de mortalidad materna registró en 2013 en la provincia de Córdoba una ligera suba con respecto al año anterior, al pasar de 1,9 a dos fallecimientos de madres cada 10 mil nacidos vivos. En 2011, a su vez, la tasa había sido de 1,8.

En números absolutos, a su vez, las muertes maternas se elevaron de 11 a 12 entre 2012 y 2013. La mitad de los decesos de mujeres en la etapa que comprende el embarazo, el parto y el puerperio, ocurrieron en establecimientos del sector privado y la otra mitad en hospitales públicos. Y, además, el 67 por ciento se produjo en el interior.

Los datos fueron hechos públicos ayer por las autoridades del Ministerio de Salud de la Provincia, en el marco de la renovación del Compromiso Provincial a Favor de la Reducción de la Mortalidad Materna y Perinatal, suscripto por primera vez hace siete años.

Entre los firmantes se contaron Unicef Argentina, la Sociedad Argentina de Pediatría, la Universidad Nacional de Córdoba, el Consejo de Médicos de la Provincia de Córdoba, el Círculo Médico de Córdoba y las principales clínicas privadas de la Capital. Pero no estuvo presente el municipio capitalino.

“Estamos en una meseta, y justamente por esa razón es que se renueva el compromiso para reducir la tasa”, indicó Marcela Miravet, secretaria de Prevención y Promoción de la Salud de la Provincia.

De acuerdo con los Objetivos del Milenio de Naciones Unidas, la provincia debería alcanzar un indicador de 1,5 para 2015.

En el país, el último dato disponible corresponde a 2012, con una tasa de 3,5.

La mortalidad materna registra la cantidad de decesos de embarazadas y hasta 40 días después del parto que ocurren al año cada 10 mil nacidos vivos. Junto con la mortalidad infantil, es uno de los principales indicadores sociosanitarios.

Por qué murieron

La hipertensión inducida por el embarazo fue la principal causa puntual de muerte, con tres casos. Además, por primera vez desde 2004 hubo una muerte por aborto en una menor de 20 años. La víctima fue una adolescente de 15 años del interior provincial. Otras dos mujeres fallecieron por sepsis y una por hemorragia.

Entre las causas indirectas, hubo una muerte por gripe A H1N1, y según indicaron las autoridades sanitarias, la mujer no estaba vacunada contra la enfermedad. Otras dos fallecieron por neumonía, una por pancreatitis y la restante por una cardiopatía congénita.

Categorización de efectores

Con el objetivo de evitar más muertes maternas, Miravet informó que se han delineado diversas acciones.

Una de ellas apunta a la categorización de los efectores donde se atienden partos, en un trabajo conjunto con Rugepresa y Maternidad e Infancia, para determinar su nivel de complejidad y, por lo tanto, qué prestaciones pueden brindar.

“Los hospitales provinciales donde hay nacimientos ya fueron categorizados, y ahora esperamos sumar a los privados”, dijo Miravet.

Conformar un grupo de trabajo para abordar las causas indirectas de muertes maternas, que hoy representan el 39 por ciento del total de los fallecimientos, es otro punto.

“Y también extender la capacitación en la atención de la emergencia obstétrica a los hospitales del interior y también llevar esa posibilidad al sector privado, que ya se hizo en las maternidades provinciales de la Capital, con buen resultado”, explicó la funcionaria.

En lo que va de este año, a su vez, ya se notificaron ocho muertes maternas, cinco de ellas por causas indirectas, según anticipó Miravet.

“Seguir reduciendo el indicador es un gran desafío”

Florence Bauer, representante de Unicef en Argentina, destacó el peso de los determinantes sociales en las muertes maternas. 

Para la representante de Unicef en el país, lograr bajar la mortalidad materna a nivel global acorde a los Objetivos del Milenio, es una meta que muy probablemente no se alcanzará 

“Pero en la Argentina ha bajado mucho, y en Córdoba aún más, ya que el indicador está muy por debajo del promedio nacional”, destacó, y advirtió que “ahora toca la parte más difícil de reducir, ya que es ­menos difícil bajar las tasas cuando están altas”. 

En ese marco, consideró que hoy los desafíos pasan no sólo por la mejora en las causas directas a través de la capacitación de los servicios de salud y de los profesionales, sino también por atender a las causas indirectas, que tienen mucho peso en estas muertes, y están muy vinculadas a los determinantes sociales. “Son mucho más complejas porque detrás cada muerte hay una historia”.

Lavoz.com