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10/09/2014 20:30 hs

​Sarkozy prepara su regreso a la política, mientras Hollande se hunde en los sondeos

Internacionales - 10/09/2014 20:30 hs
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El ex presidente buscará la presidencia de su partido y luego la candidatura al Elíseo

La expectativa es intensa en Francia, donde, antes de fin de mes, el ex presidente Nicolas Sarkozy tendrá que optar entre el liderazgo de su partido o humillarse a participar en las primarias que definirán el candidato de la derecha para las presidenciales de 2017.

"Su decisión será anunciada antes del 30 de septiembre", confirmó Franck Louvrier, director de prensa del Palacio del Elíseo durante los cinco años que Sarkozy permaneció en el poder.

Un pacto entre los líderes de la Unión para una Mayoría Popular (UMP) decidió que el jefe del partido no podrá ser candidato a la presidencia. Esas nuevas reglas de juego fueron definidas para dificultar el regreso de Sarkozy, pero nada logra disuadirlo. Todo indica que Sarkozy no está dispuesto a dejarse atar las manos por el acuerdo interno de la UMP, en el cual no participó.

"Las cosas deben ser claras: ser candidato a la presidencia de la UMP también es ser candidato a la elección presidencial", advirtió Louvrier en un claro mensaje destinado a hacer saber que Sarkozy buscará primero controlar la maquinaria de la UMP y luego tratará de obtener la candidatura presidencial.

Para imponer sus reglas de juego, el ex presidente cuenta con el oportuno respaldo de un misterioso sondeo de opinión publicado por el semanario Valeurs Actuelles, que presenta al ex presidente como el "mejor candidato posible" de la UMP para contener la arrolladora ofensiva del Frente Nacional (FN) de extrema derecha. Según esa encuesta, que la revista atribuyó al instituto Ipsos, Sarkozy obtendría en la primera vuelta de la elección presidencial 30% de los votos contra 27% de Marine Le Pen, del FN.

El único problema es que Ipsos desmintió haber realizado ese sondeo.

Es verdad, Le Pen llega actualmente al frente en la primera vuelta en todos los sondeos, con más de 30% de los votos. Lo que en ningún caso quiere decir que ganaría la presidencia, pues la alianza de hecho de los partidos republicanos de izquierda y de derecha ganaría ampliamente en el ballottage. Esas "verdaderas" encuestas demuestran que el candidato más votado en ese caso sería el ex primer ministro gaullista Alain Juppé (64%), por quien se volcarían no sólo los electores moderados de la derecha, sino también los de izquierda.

Pero la publicación de ese sondeo falso logró galvanizar a los partidarios de Sarkozy, que lo consideran la única alternativa para salir de la experiencia socialista sin caer en las manos de la extrema derecha.

Ése es precisamente el argumento que desarrolla Sarkozy en privado.

"No me resigno a dejar que el destino de Francia se juegue entre el Frente Nacional y el Partido Socialista", les confiesa a sus visitantes.

Si la situación de Francia continúa como hasta ahora, Sarkozy no debería preocuparse por los socialistas. La última semana, marcada por un tropiezo político detrás de otro, el presidente François Hollande alcanzó el nivel más alto de impopularidad de un jefe de Estado francés desde 1958: 13% de opiniones favorables.

Motivos hubo de sobra: persistencia del desempleo (10,2%), 0% de crecimiento y la publicación del demoledor libro de su ex compañera Valérie Trieweiler, un ejercicio de venganza amorosa que terminó transformándose en verdadero asesinato político.

Como si eso no hubiese bastado, el nuevo equipo gubernamental nombrado el 26 de agosto para confirmar el giro social-liberal de Hollande tuvo que "despedir" nueve días después a su secretario de Estado de Comercio Exterior, Thomas Thévenoud, que había "olvidado" declarar y pagar sus impuestos durante tres años consecutivos.

En todo caso, los problemas que deberá enfrentar Sarkozy vendrán de su propio campo. Su ex ministro de Agricultura Bruno Le Maire (45 años) está decidido a mantener su candidatura a la presidencia del partido.

El segundo escollo es la elección primaria para definir el candidato de la UMP para 2017. Alain Juppé y Fillon ya lanzaron sus candidaturas "irrevocables", y el ex ministro de Trabajo Xavier Bertrand anunció que "irá hasta el final".

El tercer inconveniente es su mujer: la ex modelo y cantante Carla Bruni no quiere que su marido vuelva a ser absorbido por la política.

Por último, Sarkozy está inculpado en tres causas judiciales y es investigado en otras cuatro. "Su principal adversario será la justicia", se ilusiona Fillon. (La Nación)

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