Arrancó tensa. Pero apenas se dio cuenta de que era ella la que manejaba la escena, se desenvolvió con aplomo. Agustina Kämpfer, la novia del vicepresidente Amado Boudou, declaró ayer como testigo en la causa en que denunció el robo de dos computadoras de su auto. Afirmó que las máquinas y la información que contenían eran suyas y que no eran material oficial sensible de Boudou. Además, especuló con la posibilidad de que sus desnudos artísticos, publicados por la revista Noticias, hubieran provenido de esos aparatos.

Kämpfer se movió con la elegancia de una starlet, el aplomo de una primera dama y el glamour de una chica de los medios. Dejó su cabello lacio y rojizo suelto, sobre su vestido negro y blanco, debajo de la rodilla. El conjunto se completaba con una cartera Dolce & Gabbana charolada y zapatos de taco alto con brillos, que destacaban el tatuaje de la Virgen de Guadalupe de su tobillo derecho.

Así llegó al juzgado de Julián Ercolini. Casi no había nadie, por el paro nacional, pero se juntaron curiosos en el pasillo para verla.

Kämpfer marcó la cancha. En el hall retó a un periodista que quiso fotografiarla con una tablet: "Ahora no, es injusto con los colegas que no pueden entrar con sus cámaras", le dijo, sin olvidar su pasado movilero.

Ante Ercolini, Kämpfer relató que el 13 de julio iba a su oficina cuando decidió visitar a su sobrino, en Belgrano. Estacionó el Audi A4 de Boudou en La Pampa, entre Cuba y Vuelta de Obligado, y dejó en el asiento trasero una mochila con dos notebooks Mac, una Air y una Pro, y un disco rígido.

La Argentina y Alemania estaban jugando en ese momento la final del Mundial de fútbol de Brasil. Cuando salió vio que el ventilete de la puerta trasera estaba roto y que faltaban las máquinas y un GPS.

"Las computadoras son mías. Bue... ya no son más mías, no sé de quién son ahora. Ese día las cargué en el auto, las dejé en el asiento trasero. Tenían fotos de cumpleaños, vacaciones, archivos laborales, de música, muchas selfies", dijo Kämpfer a la prensa y a Ercolini.

Explicó que es ella la que se mueve con el auto de Boudou porque su pareja siempre lo hace con los autos oficiales, acompañado de su custodia. "Yo soy la que le rompo el auto", bromeó en medio de la testimonial. Ante la prensa, rechazó las sospechas de un autorrobo.

Tras la desaparición de las computadoras, el fiscal Federico Delgado y su superior, Germán Moldes, dijeron que Kämpfer debía declarar para ver si el contenido de la computadora estaba relacionado con Boudou y si el asunto era un delito federal.

Al salir se mostró firme y respondió con aplomo hasta el final, cuando le preguntaron si Boudou iba a renunciar o tomarse licencia. "¿Me preguntás eso a mí, querida? ¡Sos genial!", le replicó a una periodista. Se subió a un Audi, acompañado de otros autos de custodia, y se marchó..