Influyó el precio del tipo de cambio de las operaciones que se hacen en el mercado bursátil para cambiar monedas; el Gobierno intervino a través de la Anses.
El precio del dólar en el mercado paralelo marcó ayer un nuevo récord al superar los 13 pesos. El mercado está cada vez más inquieto por las derivaciones que el default selectivo puede tener sobre una economía que podría profundizar las dificultades que ya enfrenta por la nueva veda que la situación impone al financiamiento externo.
Esos temores se agravaron en las últimas horas luego de que el Banco Central (BCRA) accediera a recortar un poco más las tasas de interés de referencia. En los últimos meses, ese instrumento había servido para desalentar los pases al dólar, al aumentar el atractivo de las colocaciones en pesos en un contexto de tipo de cambio estable, lo que aseguraba al menos rentabilidad en dólares.
Pero este equilibrio, de por sí frágil, entró en crisis tras la nueva y forzada cesación de pagos, ya que, al ralearse nuevamente las vías de financiamiento, se teme que las reservas recaigan en zona de estrés.
Y el último retoque de la política monetaria, en momentos en que el gasto público luce desbordado y se financia cada vez más con emisión, no hizo más que agravar esos temores, generando nuevos incentivos para la dolarización, ya que se cree que, más temprano que tarde, la dinámica de deterioro puede forzar al Gobierno a convalidar otro salto devaluatorio.
"La presión cambiaria se reactivó al quedar truncado el plan oficial para cubrir la escasez de divisas", describe Marco Lavagna, de Ecolatina. "El default hizo crecer la perspectiva de riesgo cambiario. En ese contexto, bajar la tasa de interés fue como echarle leña al fuego", dice Pedro Rabassa, de la consultora Empiria.
Las maniobras para dolarizar carteras comenzaron hace una semana entre los inversores más profesionalizados: fue apenas se comenzó a diluir la expectativa de un acuerdo entre bancos internacionales y los fondos que ganaron el juicio en Nueva York, algo que libraría al país del default. Pero esa puerta hacia un arreglo pareció terminar de entornarla ayer el fondo Aurelius al sostener que no había recibido propuestas "concretas o realistas".