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17/06/2014 21:43 hs

Atrapados por el policial

Argentina - 17/06/2014 21:43 hs
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El suspenso es una especialidad del cine argentino casi desde sus inicios que se ha consolidado tras el Oscar a El secreto de sus ojos

El cine nacional vive un resurgimiento del género policial, un fenómeno que es acompañado por los espectadores. Este año, tres de las cinco películas nacionales que lideran la taquilla de las más vistas son de suspenso. Y en 2013, los lanzamientos más populares del género vendieron más de dos millones de entradas. Un fenómeno que en el pasado reciente tiene como puntales a Nueve reinas y El secreto de sus ojos, y que actualizan el éxito de Muerte en Buenos Aires (que ya superó los 400.000 espectadores) y Tesis sobre un homicidio.

Apelando a la intriga en los guiones, al misterio en el tratamiento estético y a la conformación de elencos populares, pero a la vez prestigiosos, los policiales nacionales logran atrapar al público. Para explicar el renovado fenómeno, LA NACION pidió opinión a cuatro referentes del medio cinematográfico.

Para el guionista Marcelo Figueras, que adaptó para la pantalla grande -junto con Marcelo Piñeyro - dos relatos emblemáticos como Plata quemada (de Ricardo Piglia) y Las viudas de los jueves (de Claudia Piñeiro), el éxito del género tiene, en principio, dos razones centrales.

"Una es artística: la estructura del policial -en cualquiera de sus variantes intragenéricas: inglesa, hard-boiled, negra al estilo latinoamericano y hasta nórdica a lo Stieg Larsson- evoca siempre la forma en que vivimos, inmersos en un misterio cuyas claves tratamos de descular a diario". Y la segunda es más sociológica: "Como habitantes de ciudades enormes, impersonales y violentas, que a su vez son expresión de un sistema económico tremendamente injusto, apelamos al policial porque ningún otro género nos permite interrogarnos mejor sobre el mundo que nos tocó vivir".

Miguel Cohan, un cineasta argentino que tiene dos títulos policiales en su haber: Sin retorno (2010) y la reciente Betibú, que con las actuaciones de Daniel Fanego y Mercedes Morán fue una sorpresa de taquilla a principios de este año y alcanzó los 271.353 espectadores, cree que para hacer una buena película de suspenso hay que trastocar un poco los estándares. "Si bien el policial es un género con reglas muy férreas que no solo afectan el relato sino también la experiencia del espectador; si la película no fuerza estas reglas, no las subvierte en algún punto, el relato se hace demasiado previsible y acartonado", explica.

Otro elemento fundamental son los protagonistas. En ese sentido, Cohan piensa que "los elencos atractivos ayudan, y mucho, a promocionar una película. Y a convencer al público para que pague una entrada. Pero si los actores no están bien elegidos en función de los personajes que les toca encarnar y sus interpretaciones no convencen, ese impulso que producen antes del estreno se agota rápidamente con un mal boca a boca".

Para Cohan, la popularidad "quizás tenga que ver con la promesa de una trama potente que nos atrapa desde un principio y no nos suelta hasta el final. O quizás tenga que ver con cierta identificación que puede tener el público argentino con personajes atrapados por fuerzas que no puede controlar". Y concluye: "Lo cierto es que en Argentina, como en el resto del mundo, la mayor parte del público quiere entretenerse y un buen policial puede ser tremendamente entretenido".

Para Hernán Goldfrid, director de Tesis sobre un homicidio, que llevó el año pasado más de un millón de espectadores a las salas, el público disfruta del cine de género en general. "El cine usa al género como excusa, como puerta de entrada para que el espectador ingrese a un mundo en donde rápidamente pueda emparentarse, identificarse, sentirse afin con los personajes y con lo que les pasa". Pero para el caso del policial agrega: "La reaparición frecuente de este tipo de películas dentro del cine argentino logró generar esta empatía con el espectador en las que se siente uno más de los personajes. Creo que esa es una de las claves".

Verónica Cura es una de las productoras con más trayectoria del cine nacional y estuvo a cargo, por ejemplo, de la producción de La mujer sin cabeza, el último film de Lucrecia Martel. Por estos días tiene en cartel otro "producto" propio, que es quizás la sorpresa de taquilla del año: Muerte en Buenos Aires, en la que el inspector Chávez (Demián Bichir) y "El Ganso" (Chino Darín) están a cargo de la investigación por un crimen en la alta sociedad porteña. Para explicar el éxito del género hace memoria y recuerda a Alfred Hitchcock: "El genero policial y sobre todo el suspenso, permiten que el espectador participe del juego; el espectador está activo y disfruta de las suposiciones, hace sus apuestas, sigue las pistas e intenta descubrir al culpable". Además, "si se identifica con los protagonistas, goza y padece con perseguidor y perseguido".

Contundente, afirma que "la clave del éxito es el suspenso". Sobre el caso particular de Muerte en Buenos Aires, que ya tiene 400.000 espectadores, dice: "Atribuimos el éxito a varios aspectos: la maravillosa interpretación de los actores, los ochenta, la música, el suspenso, la inesperada subtrama pasional, y en general, lo éxotico de la propuesta". (La Nación)

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