Una hora antes de la ceremonia, Dan y Jackie Anderson, y su cortejo de madrinas y padrinos de bodas, intentaban sacarse una de las típicas fotos de casamiento. Ellos en el centro y los hombres en fila para un lado y las mujeres para el otro. Hasta ahí venía todo bien, porque lo que falló fue el lugar que eligieron para realizar la toma: el delgado muelle de madera sobre el lago que rodeaba el parque del lugar. 

Doce padrinos y ocho madrinas, más los futuros marido y mujer, hacían un total de 22 personas posando sobre un débil estructura de unos diez metros de largo que se sostenía de apenas unas varillas de madera. Una foto y otra foto y una foto más y el peso fue demasiado para el frágil muelle que no aguantó y cedió hacia un costado. 

El resultado de este tragicómico momento es que todos terminaron dentro del agua empapando sus trajes y vestidos, incluso los novios. Por suerte el lago no era demasiado profundo y algunos solo se mojaron hasta la cintura. 

EL hecho ocurrió en la ciudad de Crosslake, Minnesota, Estados Unidos, y quedó registrado por el camarógrafo del evento que, sin imaginarlo, grabó un verdadero blooper que quedará en la memoria de todos. 

Gracias a que se lo tomaron con el mejor humor, luego del "accidente" corrieron a cambiarse y secar sus vestidos. Y cuando llegaron los invitados ya estaban casi todos listos para recibirlos y festejar, como si nada hubiera pasado. 

Al parecer, aprendieron la lección y la toma del muelle no la volvieron a repetir.