En medio de la tensión por las paritarias en el país, el pontífice se detuvo a hablar por un momento con el ministro de Trabajo y una delegación, quienes lo invitaron a a la conferencia anual de la OIT.
Tal como se había adelantado el ministro de Trabajo, Carlos Tomada , los dirigentes industriales Héctor Méndez y Daniel Funes de Rioja y el jefe del sindicato de la construcción (UOCRA), Gerardo Martínez , saludaron hoy brevemente al papa Francisco , a quien invitaron formalmente a asistir en junio próximo a la Conferencia Anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra.
El breve encuentro tuvo lugar al final de la audiencia general de los miércoles, en una Plaza de San Pedro atestada de fieles, en una jornada lluviosa y fría, al principio y al final, soleada.
El primero en saludar a Francisco fue el ministro Tomada, pasadas las 11 de la mañana locales, junto a su mujer. El titular de la cartera de Trabajo formó parte de un primer grupo de obispos y personalidades VIP que se acercaron hasta el palco central desde el cual Francisco pronunció su tradicional catequesis de los miércoles.
El resto de la comitiva, en cambio, tuvo que esperar casi dos horas para poder estrecharle las manos al Santo Padre que, como suele ocurrir todos los miércoles, le dedicó todo el tiempo necesario a saludar, abrazar y reconfortar a discapacitados en silla de ruedas, parejas de novios recién casados y fieles de otras nacionalidades.
Tanto es así que Francisco llegó al corralito donde estaban Martínez, Funes de Rioja y Méndez a las 12.45. Sonriente, el Pontífice saludó a los argentinos representantes de las "tres patas de la OIT" con afecto y les dedicó algunos minutos de conversación, según pudo verse en las imágenes transmitidas por el Vaticano en directo en la sala de Prensa de la Santa Sede.
Antes, el Papa también le dedicó bastante tiempo, buen humor y bendiciones a varios otros connacionales, que le regalaron alfajores, libros, mate y demás regalos. Entre ellos estuvo el ex ministro de Educación, Daniel Filmus, que le regaló una camiseta de fútbol y un notero del programa televisivo Caiga quien Caiga, Gonzalo Rodríguez, que logró que el Papa le firmara una pelota de fútbol del próximo Mundial.