CARACAS.- Reservado el derecho de admisión en Caracas: sólo para chavistas. La marcha de las "ollas vacías", programada por todo el país para protestar por la escasez de alimentos que reina en Venezuela, se topó en la capital con un espectacular despliegue de la Guardia Nacional Revolucionaria, más parecido al de un estado de excepción: tanquetas y cientos de militares tomaron vías principales para impedir el acceso al municipio Libertador, que comprende el centro y el oeste del Gran Caracas.

La manifestación pretendía recorrer varias calles céntricas hasta el Ministerio de Alimentación, con el objetivo de protestar ante el desabastecimiento que se agudizó, aún más, en los últimos días. Las colas en busca de cualquier alimento proliferan a lo ancho y largo del país. En enero, el índice de escasez batió su récord histórico: 28,2 por ciento.

Pero no pudieron ni acercarse. Hasta paredes metálicas levantaron los guardias para bloquear el acceso a Libertador, habitual lugar de las concentraciones bolivarianas, siempre en las inmediaciones del Palacio presidencial de Miraflores. "Caracas es un municipio de paz, aquí no entra el fascismo", repitió el alcalde, Jorge Rodríguez, parafraseando al presidente Nicolás Maduro, su jefe político.

El que fuera también jefe de campaña de Hugo Chávez condecoró ayer al actor Danny Glover y al periodista español Ignacio Ramonet, acérrimos defensores del proceso revolucionario. La oposición exige al cineasta estadounidense que explique dónde están los 18 millones de dólares que Chávez le entregó para hacer una película.

"Las calles son del pueblo, todos tenemos derecho a estar en ellas. Hoy están violentando la Constitución", denunció, por su parte, Henrique Capriles, líder opositor y uno de los convocantes de la marcha. "Este despliegue militar es para evitar que se diga que hay escasez. Las protestas son porque hoy no se consigue nada en las góndolas", añadió.

"El trabajo de la autoridad pública no es impedir una marcha pacífica. Su deber es garantizarla sin que haya riesgos para los participantes", protestó Provea, una ONG de derechos humanos.

Atropello e indignación fueron las palabras más usadas por los manifestantes para definir su estado de enfado. En un momento, al comprobar que no podían acceder a la zona elegida, comenzaron a golpear las cacerolas con objetos metálicos que estaban en las calles o con las mismas ollas que traían desde sus casas. Otros usaban tubos y golpeaban barandas y postes de luz. Algunos pegaban con tanta fuerza que hasta tumbaron un cartel metálico del gobierno.

"Estoy aquí por la escasez. Porque no encontramos nada en los supermercados. No encontramos leche, harina ni café, y si sigo con la lista... no terminamos nunca. ¡Todo es el no hay, no hay, no hay!", se quejó Rosalía Rodríguez, una profesora de música de 60 años.

Vladimir Matos, consultor de sistemas de 34 años, explicó que su hijo tuvo que dejar de tomar la mamadera porque no se conseguía leche. Ahora come lo que encuentra. "El venezolano está acostumbrado a su calidad de vida y no vamos a permitir que un gobierno que no escucha a la población nos la quite", agregó.

"Las compras se hacen recorriendo todos los lugares de Caracas. No se puede ir a un solo sitio a hacer el mercado. Prácticamente pasas todo el mes buscando los productos en distintas zonas", detalló Mariana Guerra, un ama de casa de 45 años, que vive en una zona popular.

El gobierno no pudo evitar que en Maracaibo, Barquisimeto, Valencia, Mérida y Porlamar, entre otras ciudades, estallaran los mismos gritos de disconformidad de miles de manifestantes. Una vez más fue San Cristóbal, capital de Táchira y bastión del antichavismo, la ciudad que protagonizó la mayor movilización.

La medida de fuerza gubernamental se produjo pocas horas después de su "victoria" diplomática en el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA). La resolución final, tras reuniones maratonianas de dos días, avaló anteanoche las tesis de Venezuela frente a Panamá, que sólo obtuvo respaldo de Estados Unidos y Canadá.

La OEA expresó su "más enérgico rechazo a toda forma de violencia e intolerancia", palabras que resumen lo genérico y retórico de la declaración. Y que evidencian, una vez más, los estrechos límites que tiene la organización panamericana para influir en los conflictos del continente. La disputa diplomática seguirá en reunión de presidentes sudamericanos en Chile, pasado mañana, por la asunción de Michelle Bachelet.

Ex presidentes llaman a frenar la escalada

Un grupo de ex presidentes de América latina integrado por Oscar Arias Sánchez (Costa Rica), Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Alejandro Toledo (Perú) y Ricardo Lagos (Chile) condenó la escalada de violencia en Venezuela y "el rápido deterioro de la situación de los derechos humanos".

En un comunicado difundido tras evaluar la crítica situación en ese país, los ex mandatarios defendieron el derecho a la protesta pacífica y denunciaron el acoso del gobierno a la oposición y a la prensa independiente nacional y extranjera.

"Condenamos esos hechos y urgimos al gobierno venezolano y a todos los partidos y actores políticos a establecer un debate constructivo, conforme a los cánones de la democracia", destaca el texto, llamando "muy especialmente al gobierno" de Nicolás Maduro para facilitar las condiciones del debate.

Fuente: La Nación