El empresario Alfredo Pesquera, quien apareció anteayer con un tiro en la sien dentro de su camioneta, en el barrio de Saavedra, un día después de que fue ordenada su captura por el homicidio del financista Miguel Ángel Graffigna, murió entre 12 y 18 horas antes del hallazgo del cadáver.

Fuentes judiciales informaron a la agencia de noticias Télam que la principal hipótesis es que Pesquera se haya quitado la vida para evitar ser detenido. En las próximas horas, la Justicia aguarda el resultado de dos peritajes clave: uno, para saber si de la pistola hallada en el habitáculo de la camioneta salió el disparo mortal, y el otro, para determinar si había restos de pólvora en las manos del empresario, lo que implicaría que fue él quien se quitó la vida de un tiro.

Según los resultados preliminares de la autopsia, Pesquera murió de un disparo en la cabeza entre las 22 del viernes y las 4 del sábado. El proyectil, sospechan los detectives que intervienen en el caso, habría salido de la Tanfoglio calibre 40 hallada junto al cadáver en la BMW X6 negra en Ramallo y Conde.

La fiscal del distrito Núñez-Saavedra Cristina Caamaño, que investiga el caso, ordenó una serie de peritajes balísticos sobre esa pistola. Es que Graffigna fue asesinado el 7 de junio pasado de un tiro en la cara dentro de un Peugeot RCZ estacionado en Fraga al 1300, en el barrio de Villa Ortúzar, con un arma del mismo calibre.

Aunque provisionalmente los investigadores del crimen de Graffigna establecieron que el disparo homicida había sido hecho con una pistola Glock -que nunca fue hallada-, los peritos realizarán ahora un cotejo balístico con una vaina servida incautada en la escena del crimen ocurrido en junio para determinar si la misma pistola se utilizó en aquel homicidio y ahora en la muerte de Pesquera, o si, incluso, aquel asesinato fue cometido con la Tanfoglio que apareció en la camioneta de Pesquera.

En tanto, los investigadores sumaron más indicios a partir de la declaración de la mujer del empresario, que contó que el viernes, apenas se supo que lo buscaban por el crimen de Graffigna, Pesquera le dijo que se fuera "con el nene" (el hijo de ambos) porque no quería que lo viera cuando lo "llevaran preso".

Antes de morir, el empresario también intercambió una serie de correos electrónicos con el abogado Fernando Burlando -quien lo defendió cuando lo absolvieron en el juicio por la muerte del cantante Rodrigo Bueno- en los que le dijo que no estaba preparado para "otro round", en alusión a lo que vivió en aquel caso, en el que fue acusado como responsable del accidente de tránsito que el 24 de junio de 2000 les costó la vida al cuartetero y a Fernando Olmedo, hijo del fallecido actor cómico Alberto Olmedo.

"Pensé que se iba a rajar", dijo a Télam el letrado, quien agregó que al leer ese mensaje no creyó que Pesquera se fuera suicidar.

El empresario era buscado desde el viernes, cuando el juez de instrucción Javier Ríos entendió que había elementos suficientes para acusarlo del homicidio de Graffigna, a quien habría matado porque la víctima le reclamaba una deuda que no podía pagar.

El magistrado se basó en una investigación de seis meses que llevó adelante la fiscal María Paula Asaro, en la que un GPS, un cabello y la compra de un arma son las principales evidencias.

Según la investigación, mediante el GPS del auto de Graffigna se determinó que la puerta del entonces domicilio de Pesquera, en la calle Tronador, resultó ser el último lugar donde el financista paró minutos antes de estacionar a 15 cuadras, donde fue hallado, asesinado, dentro de su auto.

Cientos de llamadas, mensajes y correos electrónicos, más documentación hallada en el baúl del auto de la víctima, permitieron a la fiscal Asaro dar provisionalmente por acreditado que Graffigna administraba negocios del empresario y luchador Jorge "Acero" Cali. La sospecha es que Pesquera se negó a cancelar la deuda con Cali y no descartan que, al comunicárselo a Graffigna, hubiese un forcejo que terminó con el disparo que segó la vida del financista.

Fuente: lanación.com