En medio del desolador panorama de la pobreza en Argentina, el sacerdote Carlos Juncos de la diócesis de Río Cuarto destaca que tras las cifras alarmantes se esconden dramas humanos que a menudo pasan desapercibidos. "La pobreza llega a familias que se ven obligadas a dejar tratamientos médicos, y comienzan a aflorar los problemas familiares que a veces no se reflejan en las estadísticas de indigencia y pobreza", expresó Juncos, resaltando la complejidad y el impacto profundo de esta realidad en la vida cotidiana de las personas.

El último informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) reveló que el 57% de los argentinos se encuentran bajo la línea de pobreza, mientras que siete millones de personas enfrentan la indigencia. Estas cifras, aunque impactantes, son apenas el reflejo de una crisis que va mucho más allá de los números, afectando las condiciones de vida y la dignidad de millones de personas

En este contexto, el padre Juncos hace un llamado a la solidaridad y a la acción conjunta para enfrentar la crisis alimentaria que agrava la situación de vulnerabilidad. "Entre todos tenemos que hacer posible que los alimentos lleguen a todos los argentinos, siendo que nosotros somos los que producimos muchos alimentos para todo el mundo", enfatizó. Asimismo, señaló que la guerra y el cambio climático son fenómenos globales que intensifican la pobreza, subrayando la importancia de repensar cómo se distribuyen los recursos alimentarios en el país.

En conclusión, más allá de las cifras y los datos estadísticos, la pobreza en Argentina representa una crisis humanitaria que requiere una respuesta urgente y solidaria. Es necesario abordar no solo las causas estructurales de la pobreza, sino también las consecuencias inmediatas que impactan la vida de millones de personas en el país.

Informe 16