En el día del boxeador hablamos con Fabricio Valenzuela, quien posee una historia de superación increíble y en parte, lo logró gracias al deporte. Vive en San Juan y tiene 42 años.

En diálogo con Gente Necesaria dijo que a los 17 años se incorporó al mundo de las drogas y el alcohol por lo que tuvo intentos de atentar contra su vida, dejó la carrera de Medicina y perdió el trabajo y su familia.

“Solo trabajaba para sostener el consumo y la actividad nocturna. Me sentía el rey, el que tenía acceso a todo, pero me sumergí en una depresión tremenda. Perdes a la gente que amas y cada vez te sentis más solo”, dijo.

Señaló que con su psicóloga buscó el motivo, la emoción que lo llevó a consumir alcohol y cocaína.

Citó el momento “en el que Dios le puso a las personas justas, las que necesitaba para salir adelante” tras llegar a pesar 132 kilos. A los 34 años comenzó con el boxeo, el cual junto al apoyo de su hijo de 6 años lo impulsó a levantarse de la cama, comenzar a entrenar y recuperar su trabajo en una mina de la Cordillera.

En este marco, a los años, colocó una escuela de boxeo en el Club Colón Junior en la capital de San Juan que ayuda a los niños y jóvenes con problemas de adicción.