El nuevo secretario de Estado, que reemplaza a Bertone, tuvo que ser operado y no estuvo en la ceremonia
ROMA.- Un golpe de escena sacudió ayer al Vaticano. En medio de una gran expectativa ante el cambio de guardia en el puesto más importante de la Santa Sede, el nuevo secretario de Estado, Pietro Parolin, "número dos" de Francisco en reemplazo del cuestionado cardenal Tarcisio Bertone, no estuvo en la ceremonia de asunción debido a un inesperado problema de salud.
Fue el Papa quien reveló que Parolin, de 58 años y hasta hace poco nuncio en Venezuela, asumirá en las próximas semanas debido a una "pequeña intervención quirúrgica".
"Nos hemos reunido para agradecer al cardenal Bertone, que hoy [por ayer] deja su cargo de secretario de Estado, y para darle nuestra bienvenida a monseñor Parolin, aunque será una bienvenida in absentia , porque él tomará posesión de su nuevo cargo algunas semanas más tarde, debido a una pequeña intervención quirúrgica a la que debió someterse", dijo el Papa, en la ceremonia de traspaso de poder.
La imprevista ausencia de Parolin, que se encuentra en el Veneto, región de la que es oriundo, creó bastante desconcierto. El padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, afirmó: "No se trata de ninguna intervención grave". Explicó que Parolin comenzará a trabajar "en un par de semanas", que las funciones de la Secretaría de Estado, mientras tanto, serán manejadas por los titulares de las dos secciones de ésta, es decir, el sustituto para los Asuntos Generales y el secretario para las Relaciones con los Estados, y que "no hay una situación de emergencia".
Durante la asunción, que se convirtió en ceremonia de despedida de Bertone, en la Biblioteca de la Secretaría de Estado, el Papa le agradeció al secretario de Estado saliente sus siete años de trabajo y "el coraje y la paciencia con las que vivió las contrariedades que debió enfrentar".
Aludió de esta forma a la resistencia que Bertone tuvo por no pertenecer al cuerpo diplomático, a las diversas crisis del pontificado de Benedicto XVI y, sobre todo, al escándalo de VatiLeaks, que lo vio en el centro de las acusaciones de nepotismo y corrupción.
"Querido cardenal Bertone, en este momento me gusta pensar que, aunque hubo espinas, la Virgen Auxiliadora no le ha hecho faltar su ayuda y no se la hará faltar en el futuro: esté seguro, ¿eh?", le dijo Francisco. Bertone mantiene su cargo de cardenal camarlengo.
Por otra parte, llamó la atención el inusual mensaje que Francisco le envió al presidente del Governatorato, cardenal Giuseppe Bertello, en ocasión de la elevación a la dignidad episcopal del reverendo español, Fernando Vérgez Alzaga, designado a fines de agosto por el Papa secretario general del mismo Governatorato, la administración central del Estado del Vaticano.
En éste, Francisco dejó en claro el rol de Vérgez -que fue secretario privado del fallecido cardenal Eduardo Pironio-, especialmente en cuanto a la formación "humana y cristiana" de los empleados y colaboradores del Governatorato. Y destacó la "especial responsabilidad" y la importancia de ser honestos de quienes trabajan en el Vaticano.