Los peces plateados nadan entre los manglares de la reserva marina de los Jardines de la Reina en Cuba como un río hacia el mar. Las densas raíces ofrecen un refugio para los peces del tamaño de dedos, que forman grandes bancos para intentar confundir a los depredadores. Los manglares refuerzan los arrecifes aportando una zona de cría para criaturas vulnerables y atrapando sedimentos que pueden ahogar el coral. También almacenan carbón que, de lo contrario, contribuiría al calentamiento global.
FOTOGRAFÍA DE DAVID DOUBILET, NATIONAL GEOGRAPHIC