Ante las críticas por haber autorizado y presidido una misa organizada por gremios combativos y referentes del kirchnerismo, el arzobispo de Mercedes–Luján, Agustín Radrizzani, negó que su actitud haya tenido por fin “ni apoyar a un partido, ni a una ideología, ni a personas concretas”.
También intentó despegar al papa Francisco, ya que el sindicalista Pablo Moyano dijo que
la misa tenía el aval del Sumo Pontífice. "El papa Francisco no ha tenido ninguna injerencia", señaló.
Los cuestionamientos apuntaban a que con su actitud Radrizzani dejaba pegada a la Iglesia con la oposición. Y que ello podía interpretarse, además, como un apoyo a Hugo y Pablo Moyano, asediados por causas judiciales.
En el comunicado, el arzobispo afirma: “No hubiese sido pertinente negarme al pedido que me hicieran hace 40 días, de celebrar una misa en Luján, cuando la intensión era rezar por la paz, el pan y el trabajo”.
“Mi propósito, expresado en la homilía, fue propiciar una súplica confiada a Dios para favorecer un clima de diálogo que nos ayude a superar las dificultades que sufren muchos argentinos”, indica.
Y subraya: “Nunca tuve la intención de apoyar ni a un partido, ni a una ideología, ni a personas concretas”.
“Lo esencial para mí, en estos momentos históricos, es aprender a caminar juntos para superar la dolorosa brecha que vivimos en nuestra sociedad”, concluye.
Fuente: La Voz