Según indicaron los puesteros, sería una forma de “reconvertirse” a raíz de haber perdido los puestos laborales en la pandemia.
Puesteros
Como es posible observar, cada vez más son más las esquinas y zonas de la ciudad en las que emergen nuevos puestos de ventas de huevos, panes y hasta verdulerías improvisadas.
Los puesteros consideraron que los ingresos sirven solamente para subsistir diariamente. Y recalcaron que no es simple desde el punto de vista anímico afrontar un nuevo rumbo de trabajo.
“Uno va levantando vuelo de a poquito. Hoy en día mi trabajo, con mis dos hijos, es vender huevos. Hasta ahora va muy bien. Sacamos para la comida del día, no es fácil pero tampoco imposible”, comentó el puestero.
“Estamos vendiendo pan. Hay que meterle nomas, vendemos pancito casero y pasteles. La gente de a poco compra. Gracias a dios se vende todos los días. Es una forma de rebuscársela, no queda otra y hay que llevar el plato de comida a la casa”, comentó otro vendedor.
Martín | A esta altura son kiosquitos.... Hay una o hasta dos verdulerías por cuadra... Dónde está el Estado municipal para, en tiempos de pandemia, poner un poco más de orden en este aspecto??? Ausentes totalmente, cómo durante todo este período de pandemia. Una vergüenza