Mariana Robiglio es una villamariense que profesa la fe musulmana y protagonizó un hecho que se volvió viral en redes sociales en los últimos días.

Fue a partir de la publicación de un tuit en el que contaba que le habían pedido que se retirara de una sucursal bancaria a la que había ingresado con el atuendo que incluye la hiyab, que le cubre parte de la cabeza.

Es la segunda vez que le pasa en un banco de Villa María.

Luego le explicaron que se debía a políticas de seguridad, porque el atuendo supuestamente dificulta la identificación de su rostro a través de las cámaras de vigilancia de la entidad. Son normas del Banco Central de la República Argentina.Ella había ingresado a buscar cambio a una sucursal del Banco de Córdoba, y un policía junto a un personal de seguridad le pidieron que se retirara porque no podía permanecer en el edificio con la cabeza cubierta.

Pero para la mujer, ese “mal momento” se vio superado luego por la cantidad de comentarios discriminatorios que le llegaron a través de su cuenta de Twitter, y que incluyeron posibles amenazas sobre la seguridad de sus hijas, que aparecían en fotos que había publicado.

Fue por eso que ahora piensa en cerrar la cuenta, inquietada por los dichos de decenas de usuarios.

“La cantidad de barrabasadas que me contestaron fueron peores que lo que me pasó en el banco. No publiqué ese tuit con la idea de generar polémica. Fue por la bronca de que pasara lo mismo por segunda vez. No esperaba esos comentarios”, dijo la mujer.

“Soy argentina, nací en Villa María. Pero todo lo que dijeron sobre mi postura islámica me mostró que acá también hay discriminación religiosa. Me sorprendió tristísimamente que la gente piense así”, agregó.

Si bien dijo no compartir del todo la política de los bancos, entendió que el accionar de los hombres de seguridad se ajustó a directivas que también vedan el ingreso con gorras, anteojos oscuros o cascos de moto.

Pero aclaró que en ese momento no le dijeron que debía quitarse la hiyab, sino que directamente debía retirarse.

Segunda vez

En la ocasión anterior había ocurrido en la sucursal del banco Nación, hace varios años. Recordó que en aquel momento había sido “más grave”, porque la petición de que se retirara había surgido de un pedido de otros clientes que dijeron sentirse “incomodados” ante su presencia vestida con atuendos islámicos y no por argumentos de seguridad.

La mujer habitualmente usa el hiyab que cube el pelo, el cuello, el pecho y deja la cara descubierta.

La Voz del Interior