Homicidio seguido de suicidio o doble homicidio eran hasta el cierre de esta edición las hipótesis que guiaban a los investigadores, tras el hallazgo de dos cadáveres, un hombre y su hija, el martes a la noche en un departamento de barrio Güemes, de la ciudad de Córdoba.

Aunque en un principio se había conjeturado que ambos habían fallecido por monóxido de carbono, producto de una mala combustión, ayer al mediodía se confirmó que no fue así, según adelantaron fuentes de Ecogas y de la Justicia.

El hombre presentaba diferentes cortes y la niña también, y habría sido degollada según una autopsia preliminar. Los resultados completos de estos estudios estarán en la mañana de hoy en poder de la Fiscalía de Distrito 1 Turno 2, a cargo, esta semana, de Mariano Antuña. Según se especula, las muertes datan de no menos de una semana atrás.

El drama se descubrió alrededor de las 21.30 del martes, en el departamento 3 de la planta baja de la torre de dos pisos ubicada en pasaje Pérez Estévez, a una cuadra de la ex Cárcel de Encausados. Allí, desde hacía cuatro años, vivía Carlos Gustavo Precio (49) junto a su hija Marianela (9). El hombre, que era técnico electricista y trabajaba en el Casino de Villa Carlos Paz, había logrado la tenencia judicial de la menor.

Todos los días, a las 13.30, salía junto con su hija a la puerta del complejo a esperar el transporte escolar de la nena. “Él la amaba, la cuidaba muy mucho”, dijo ayer un vecino.

Pero desde el martes 30 de julio que ella no iba a clases. Se especula que estuvo enferma, ya que en el departamento los peritos encontraron diferentes medicamentos. Además, el domingo siguiente, 3 de este mes, la niña visitó a su madre. A partir de entonces, no hay registros –hasta ahora– de que alguien los haya visto.

El hallazgo. Extrañada por no tener contacto con su hija, el lunes a la noche su madre llegó en una camioneta Ford Ecosport hacia el complejo. Tocó la puerta y no obtuvo respuesta. Llamó al teléfono celular de su expareja y escuchó que sonaba adentro sin que nadie respondiera, lo que hizo que aumentara su angustia, según relató ayer un vecino que acudió en su ayuda. Este hombre llamó a un cerrajero y a la Policía y se topó con un cuadro de espanto apenas pudieron abrir la puerta.

Tras el pasillo de ingreso, en el comedor, estaba el cuerpo sin vida de Gustavo, en medio de un gran charco de sangre. Tenía por lo menos dos cortes importantes, uno en el cuello y otro en un brazo, según la autopsia. A unos metros, en el mismo ambiente, sobre la cama, se encontraba su hija, también muerta.

En el baño, el lavatorio estaba destruido. También la bombita de la luz. La descomposición de los cuerpos, sumado al estado de la sangre, daba la pauta de que habían fallecido hacía varios días.

Escape descartado. La primera hipótesis giró en torno a un escape de monóxido. Gustavo se habría sentido mal, fue hacia el baño, perdió el equilibrio y cayó sobre la pileta. Al romperla, sufrió los cortes. Quiso volver hacia el comedor y cayó inconsciente.

Sin embargo, esta conjetura comenzó a perder fuerza con las primeras pericias, según confirmaron los investigadores. Es que, aunque se presumía que la niña había muerto a causa del monóxido, y que la sangre que había en la cama era una pérdida originada cuando se descompuso, según adelantaron ayer fuentes ligadas al caso, un peritaje preliminar determinó que la niña también habría sido degollada.

Hasta anoche, los detectives de Homicidios de la Policía de Córdoba aseguraban que había que esperar los resultados completos de las autopsias de ambos cuerpos para tener un panorama un poco más claro de lo que sucedió.

El departamento de barrio Güemes, donde se encontraron los cadáveres, estaba cerrado de manera hermética. La llave de la puerta fue encontrada colgada dentro del inmueble. No había signos de desorden y no faltaban, a simple vista, elementos de valor.

¿Por qué nadie había denunciado la ausencia del hombre? Según afirmó el mismo vecino que entró primero al departamento, desde el Casino donde Gustavo trabajaba informaron que estaba de licencia desde hacía un mes.

Aunque una versión en la cuadra daba cuenta que se trataba de una carpeta psiquiátrica, nadie confirmó esto de manera oficial.

Según la autopsia, presentaba varios cortes, producto de una supuesta caída sobre el lavatorio o de una lucha.

Un cobayo muerto

En el departamento donde se encontraron los cuerpos sin vida del hombre y su hija también había un cobayo muerto. Esto hizo suponer, en un principio, la idea del monóxido como causa de los decesos, pero al perder fuerza esta hipótesis, se indicó que tal vez el animalito murió de hambre, al no ser alimentado.

No había pérdidas

Inspección de Ecogas. Alrededor de las 13.30 de ayer, los técnicos de Ecogas terminaron de inspeccionar el departamento de barrio Güemes, donde se encontraron los cuerpos sin vida, y concluyeron en que no había pérdida de monóxido.

Corte preventivo. De todos modos, el suministro de gas fue cortado en todo el edificio, ya que en los peritajes detectaron otras anormalidades que deberán ser corregidas, de acuerdo con los informado por los especialistas de Ecogas.



Fuente: LAVOZ.com.ar