Solamente seis meses duró Pablo Guede como entrenador de San Lorenzo. Pero esta vez poco tuvo que ver la histeria reinante en el fútbol argentino, sino la propia decisión del jefe del último subcampeón: sorpresivamente, a días del inicio de la pretemporada, presentó su renuncia al cargo.

El ex conductor de Chicago y Palestino, resistido desde su arribo a la institución de Boedo, pegó el portazo después de la obtención de la Supercopa Argentina, la eliminación en la fase de grupos de la Copa Libertadores y la segunda colocación por la caída frente a Lanús.

En total, fueron 24 encuentros en el banco de suplentes del Ciclón: ganó 11, empató ocho y perdió cinco. Sacó un 56% de los puntos en disputa, pero igualmente se inclinó por buscar nuevos horizontes.

¿Las razones del alejamiento? Primero y principal, las tentadoras ofertas económicas recibidas desde el exterior. En plena competencia local, trascendió el interés de un club de Arabia Saudita de hacerse con sus servicios. Por aquel entonces agradeció y rechazó la propuesta, pero ahora podría ser otro cantar para la trayectoria del hombre de 41 años.

Sin embargo, también influyó la renovación de contrato de Juan Mercier, uno de los baluartes del equipo azulgrana en los últimos años. El Pichi nunca fue del gusto futbolístico de Guede, animaron cortocircuitos en los que tuvo que interceder la directiva y, pese a que el volante finalizó como titular, la relación entre las partes nunca retomó los carriles normales.

Ahora, Matías Lammens y Marcelo Tinelli, que habían apostado fuerte con la contratación de un Guede por entonces casi desconocido para el común del pueblo sanlorencista, comenzarán a evaluar alternativas para la sucesión. Cabe destacar que el equipo viajará a Costa Rica y Guatemala para desarrollar los trabajos más importantes de pretemporada.