En un partido muy disputado, los wallabies aprovecharon errores de los argentinos, explotaron virtudes propias y dominaron juego y tanteador. Fue 29 a 15 para los de Oceanía.
Juraron con gloria morir. Lo hicieron, aunque sólo se trate de una muerte al servicio de la literaratura. Porque fue una derrota. Duele, claro. Pero el contexto la minimiza lo suficiente. Es que los Pumas cayeron 29-15 ante los Wallabies en las semifinales delMundial de Rugby y ahora deberán luchar por el tercer puesto ante Sudáfrica, pero en una nueva participación mundialista lograron profundizar sus garras en la historia y plantearon un futuro prometedor.
Miles de argentinos, con Diego Maradona como figura estelar, invadieron la Catedral del Rugby para acompañar a una equipo que, sin dudas, no pudo desplegar el juego vistoso y ofensivo que demostró a lo largo del certamen. Eso sí: el ADN puma, de garra, lucha y emoción, estuvo presente desde los himnos hasta el final. Las lágrimas de Daniel Hourcade, head coach argentino, fueron el símbolo de la impotencia argentina.