Como en 2007, Los Pumas se metieron en la semifinal de un Mundial. Con corazón y buen juego dejaron sin nada a Irlanda por un contundente 43-20. La combinación perfecta de éste seleccionado que se ilusiona con mucho más en Inglaterra. Cardiff fue una fiesta argentina y el sueño sigue.

Inteligentes, pacientes y concentrados. Así empezaron Los Pumas el partido más importante del Mundial. El Millennium era una caldera por la cantidad de irlandeses que lo coparon, pero los dirigidos por Daniel Hourcade dominaron en los minutos iniciales. Con patadas a cargar de Nicolás Sánchez le trasladaron la presión al rival, y en una, Joaquín Tuculet recuperó en las alturas, y Pablo Matera ganó metros a toda potencia y Santiago Cordero con su velocidad hizo la diferencia para que Matías Moroni, el reemplazante del suspendido Marcelo Bosch, haga su try en la bandera. Un comienzo ideal. Encima, Sánchez metió desde la punta. Un 7-0 letal.

Con el apoyo de su público, el Trébol quiso responder. Pero los tackles argentinos, bien abajo, lo impidieron. El primer scrum fue para Irlanda, pero Los Pumas robaron y ganaron un penal. Todo era de los albicelestes. Dueños del partido. Cordero estaba imparable y de un kick de él llegó el segundo try, porque Juan Imhoff ganó en velocidad y antes de que se vaya la pelota del in goal apoyó con lo justo. Sánchez seguía fino y metió la conversión y también un penal para el 17-0 a favor.

Irlanda, ya sin Tommy Bowe por lesión, reaccionó. Ramiro Herrera, que había empezado muy bien en el juego abierto, fue amonestado por un tackle peligroso y Madigan pudo descontar con un penal. Sin embargo, en la siguiente, con uno menos los de Hourcade consiguieron una infracción y Sánchez volvió a estirar las diferencias. Pero Irlanda estaba mejor y en partido. Un mal kick de Cordero en mitad de cancha le dio la pelota al Trébol y por primera vez rompieron la defensa Puma con la velocidad de Fitzgerald para dejar la chapa 20-10, en 30 minutos de juego.

En el inicio del complemento, Los Pumas tuvieron la primera para aumentar la ventaja. Pero fallaron, perdieron la posesión con un penal y a partir de ahí los de verde se adueñaron de la pelota. Y rápido pudieron quebrar la defensa argentina para arrimarse en el marcador con un try de Jordi Murphy. Las infracciones complicaban el panorama albiceleste e incluso Herrera estuvo al borde de la expulsión por una mala entrada en un ruck. Hubo un descontrol del equipo de Hourcade que hacía crecer a Irlanda. Y en ese golpe por golpe, no estaban cómodos los argentinos. Un penal por lado, de los dos efectivos pateadores, y la historia estaba pareja como se esperaba en la previa.

Los cambios le hicieron bien a Argentina. Facundo Isa entró con otro envión, que le dio aire al pack. También Tomás Cubelli propuso una agresividad que necesitaban. Sánchez le daba un respiro a los de Hourcade con un penal para poner a los suyos 26-20 arriba. Y Madigan, fallaba uno clave.

A partir de ahí, Los Pumas retomaron el control. Con un Matera que lideraba desde el corazón y Fernández Lobbe, desde la inteligencia. Y Tuculet fue el que tuvo la llave para definir la historia. Porque después de una buena jugada del equipo, el full back voló y aguantó el tackle contra la bandera para sentenciar el duelo. El público argentino también tomó protagonismo. Pero el delirio total fue con la conquista de Imhoff. El Millennium fue una locura albileste. Y el staff se abrazó como nunca. La semifinal estaba muy cerca.

Sánchez siguió metiendo todo lo que pateaba. El tucumano fue fundamental para el triunfo. Su pie, crucial. Fueron 23 puntos que se recordarán por años. Y en el final, la frutilla del postre: la defensa para que Irlanda no pueda ni descontar.

En el Millennium se escribió un capítulo más de la rica historia Puma. Uno distinto. Y quizás, uno más grande con lo que viene por delante.

​




ESPN