El juez Muñoz había señalado que se corrigieron los déficits en el penal local. Sin embargo, los vocales de las dos cámaras del Crimen le informaron al Tribunal Superior que sólo hubo cambios menores pero que el hacinamiento y las malas condiciones se mantienen intactas
La sitación en la cárcel de Río Cuarto en los últimos tres meses no tuvo menoras. Ninguno de los déficits de fondo, de los tantos que se registraron, se erradicó: los presos siguen hacinados, con humedad en las paredes, expuestos a plagas de insectos.
Así lo entendieron los seis camaristas del Crimen de la ciudad, que en contraposición a lo que planteó el juez de Control, Daniel Muñoz, le enviaron una nota al Tribunal Superior para informarle que en el Establecimiento Penitenciario Nº 6 apenas se cubre “lo mínimo para la dignidad”.
El informe que la semana pasada emitió Muñoz parecía haber clausurado el debate. En el escrito que elaboró en respuesta al hábeas corpus correctivo y colectivo que se había concedido a 144 internos, el juez de Control entendió que las críticas condiciones de alojamiento fueron corregidas por las autoridades. Así, dio por cumplido el objetivo del hábeas corpus, que era mejorar el tratamiento que reciben los presos.
Ayer, la camarista Nora Sucaría dio una imagen opuesta. Ella y los otros cinco integrantes de las Cámaras del Crimen redactaron una nota que enviaron al máximo tribunal provincial y en la que plantearon que la situación en el penal sigue siendo grave y que se intensificará si no se toman medidas de fondo con respecto al edificio de la cárcel.