La Copa del Mundo sufrió este sábado su mayor golpe, y el rugby inglés la más grande decepción. Por primera vez en la historia de los mundiales, el dueño de casa queda eliminado en la primera fase. Y encima, con una fecha aun por jugar. En Twickenham, su casa, y ante 80 mil espectadores, Inglaterra se despidió demasiado temprano de su torneo, tras perder este sábado por un contundente 33-13 frente a Australia.

Con este resultado, los Wallabies pasaron a los cuartos de final y arrastraron también a Gales, que celebró otra vez, siete días después de haberle ganado en la Catedral del Rugby el clásico británico al local. Australianos y galeses definirán mano a mano el próximo sábado el primer puesto del Grupo A, pero con la tranquilidad de saberse clasificados.

En la zona más difícil del Mundial, con tres potencias en pugna por dos plazas en cuartos, estaba claro que una de ellas debía quedar afuera. Pero pocos imaginaban que ese lugar le estaría reservado a los anfitriones.

Campeones del mundo en 2003, precisamente tras vencer a Australia en la final en Sydney,los ingleses no estuvieron a la altura de las circunstancias, y así como vieron escapárseles el triunfo una semana atrás ante Gales, este sábado fueron dominados ampliamente por Australia.

Los Wallabies lo hicieron de nuevo. En 1991 lograban allí en Twickenham el primero de sus dos títulos mundiales al vencer a Inglaterra en la final. Catorce años después, les asestan otro golpe a los inventores del rugby, tal vez más doloroso que aquel.

En el extraordinario trabajo del scrum, obra del argentino Mario Ledesma, el ex hooker de Los Pumas que entrena a los forwards australianos, estuvo la base del dominio de los Wallabies. Y en la figura de su apertura Bernard Foley, autor de 28 puntos producto de dos tries, tres conversiones y cuatro penales, en una actuación sublime.

Australia terminó a toda orquesta y, con un hombre más en el final, se dio el gusto de apoyar un tercer try por intermedio de Matt Giteau, en la punta y tras una jugada de pases al estilo Wallaby. Los hinchas ingleses ya habían empezado a abandonar Twickenham. Inglaterra, su propio Mundial.