El conjunto de Moldes se codeó con la gloria, estuvo muy cerca de dar el gran golpe del fútbol nacional. No pudo avanzar en la Copa, pero logró un lugar en la historia grande del fútbol regional
Algunos lo soñaban, otros ni siquiera eso. Alianza de Moldes inscribió su nombre en la historia grande del fútbol regional. No sólo por la posibilidad de enfrentar a Independiente y a toda su historia en el marco de un torneo oficial como es la Copa Argentina, sino por todo lo que sucedió en los 90’ minutos, que no fueron sólo minutos de fútbol sino que además transcurrió en cada jugada una historia de vida diferente que se transformó en un equipo sólido, concentrado, solidario que mantuvo en jaque al “rey de copas”.
Miles de ilusiones viajaban desde “su” Moldes rumbo al templo del fútbol cordobés como es el Mario Alberto Kempes con la satisfacción de poder ver a cara a cara a Alianza frente a Independiente, pero la noche les deparó mucho más. Alegría, sufrimiento y sobre todo orgullo en estar representados por esos gladiadores dentro del campo de juego.
El primer golpe fue la combinación entre Núñez, Costantini y la gran definición del chivo para poner el 1 a 0 y comenzar a vivir una noche que será imposible de borrar. Y a medida que fueron pasando los minutos, Alianza comenzó a desplegar el repertorio perfectamente pergeñado por Néstor “Chiqui” Billalva que era interpretado por los protagonistas. Ninguno desentonó, nadie se guardó nada, nadie se puede reprochar nada. Emocionaba verlo al “cordero” transformándose en el patrón del medio campo, la entrega de Palandri y Gagnolo, los cruces de Tello y Bravi, la ubicación de Rivadero, la seguridad de Seba Airaudo, el despliegue de Mugnaini, los toques de distinción del Pequi, la velocidad, habilidad y la entrega de siempre de Lucio y el Chivo para complicarle la vida a todos.
Pasaban los minutos y todo parecía que era un sueño, ya las cábalas no alcanzaban, en la platea del Kempes se entrecruzaban las miradas incrédulas y en Coronel Moldes se escuchaba un silencio que quedará grabado por siempre. A medida que iban pasando los minutos y Alianza se fortalecía en su objetivo las redes sociales explotaban y rápidamente Alianza de Moldes se transformaba en tendencia nacional en Twitter.
Pero, siempre hay un pero… A falta de nada, sólo 4 minutos, llegó tal vez el único error y terminó en el empate que salvó a Independiente de la derrota más inesperada de su rica historia. De ahí a los penales, la historia ya estaba escrita, nada de lo que sucediera en la serie desde el punto penal iba a torcer el rumbo y la llegada de Alianza a inscribir su nombre en la historia grande del fútbol regional.
Tal vez ese gol agónico del rojo no sea casual, por algo está ahí. Tal vez sea para demostrar que no hace falta ganar siempre en la vida para poder llenarse de orgullo y sentirse satisfecho.
El fútbol una vez más demostró que las diferencias existen pero cuando comienza a rodar la pelota se transforma en el deporte más impredecible del mundo. Gracias Alianza por demostrar en estos tiempos que el fútbol sigue siendo para los soñadores… a seguir soñando…