"Me amenazó, me apretó. No me voy a olvidar nunca de la cara de esta persona", dijo el encargado del edificio de Ravignani 2360, de Palermo, al reconocer al subcomisario Martín De Cristóbal, segundo jefe de la División Homicidios de la Federal, en su ampliación de la indagatoria ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal 9 porteño.


"Este hombre entraba y salía" de la fiscalía, y "su función era taladrarme la cabeza", dijo Mangeri.

Todo comenzó esta mañana, cuando De Cristóbal ingresaba a la sala de audiencias y Mangeri le advirtió a su abogado Adrián Tenca que esa era la persona que lo había amedrentado en la fiscalía.

Ante esa situación, el letrado le pidió al tribunal que hiciera retirar al testigo y solicitó la ampliación de la indagatoria del acusado, aunque sin contestar preguntas.

Mangeri comenzó relatando que el episodio ocurrió el viernes 14 de junio del 2013 dentro de las oficinas de la fiscalía de instrucción
35, a cargo de Paula Asaro, en la calle Tucumán 966.

"Me sientan atrás de un escritorio y se encontraba la persona que entró recién a esta sala. Fue la persona que efectuó las preguntas. No solo fue el que me interrogó, sino que cuando se interrumpió mi declaración y pasé dos horas detrás de ese escritorio, ingresó cuatro o cinco veces", dijo el portero, en referencia al policía a quien describió con una camisa rosa, sweater gris y sacón azul.

"Tal como dije en mi declaración anterior fue el que me dijo que mi esposa había mentido y que había contradicciones. Me dijo que él sabía que yo había violado a la nena, que la había metido en mi auto y la había tirado a la basura. Me decía que la chica estaba buena y que era provocativa, que le diga a la fiscal que había sido un accidente y que la había matado sin querer", agregó.

En su ampliación de la indagatoria, que se extendió algo más que cinco minutos, Mangeri aseguró que ese hombre lo amenazaba diciéndole que su esposa "iba a terminar presa" si no admitía el crimen de Angeles y que "lo mejor era llamar a la fiscal y que me hiciera cargo del asesinato".

"Su función era venir y taladrarme la cabeza. Cuando ingresó la fiscal me dijo que le tenía que contar todo a ella", señaló el portero, quien dijo que le pidió a la fiscal Asaro "hablar a solas" para contarle que lo estaban "apretando", pero que la fiscal se negó.

"Creo que la fiscal sabía lo que estaba pasando dentro de la fiscalía, y ahí les dije 'bueno, si ustedes quieren que sea yo, está todo bien' ", afirmó.