La calma y la catástrofe
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09/12/2014 09:35 hs

Ortodoncia en niños: ¿porque mi hijo necesita ortodoncia?

Río Cuarto - 09/12/2014 09:35 hs
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Si bien no hay una edad establecida para el inicio de un tratamiento de ortodoncia. En los niños pequeños, el tratamiento con ortodoncia puede servir de guía para el desarrollo mandibular adecuado.

Si bien no hay una edad establecida para el inicio de un tratamiento de ortodoncia. En los niños pequeños, el tratamiento con ortodoncia puede servir de guía para el desarrollo mandibular adecuado. Eso puede ayudar a la salida correcta de los dientes permanentes. Los dientes permanentes derechos pueden ayudar a prevenir problemas dentales en el futuro, y tratamientos más extensos

¿Cuándo es conveniente visitar al ortodoncista?

En ortodoncia, cuanto antes se descubre una alteración, más sencillo es su tratamiento. Si bien es cierto que un alto porcentaje de pacientes niños o adolescentes jóvenes que consultan al ortodoncista, padecen anomalías leves a moderadas, y que las mismas pueden ser corregidas a cualquier edad. En edad infantil, es aconsejable revisar a los niños, incluso a partir de los 4 años (cuando tiene aún los dientes de leche), en aquellos casos en donde el problema se hace evidente a simple vista para los padres; a fin de descartar o detectar y prevenir posibles alteraciones importantes. En los niños donde ningún problema ha sido detectado, se recomienda visitar al ortodoncista para una revisión de rutina a los 7 años de edad.

¿Por qué a los siete años o antes?

•             Los primeros molares permanentes suelen salir a los 6 años. A esa edad, el ortodoncista puede evaluar los maxilares y dientes del niño para ver si la dentadura “cierra” bien y para prevenir problemas potenciales en el uso de sus dientes.

•             Los incisivos han empezado a salir, y los problemas se pueden detectar más fácilmente.

¿Qué problemas se pueden detectar en los niños?

Las alteraciones  dento-maxilares pueden tener su origen a nivel dental o a nivel de los huesos maxilares, o en ambos a la vez. Lo cual modifica el pronóstico y el tratamiento a seguir según la causa.

Los dentales, los más comunes, se refieren a los dientes apiñados (amontonados), que además de no ser muy estéticos, son difíciles de limpiar y propensos a caries. Existen dientes muy separados, que además de su apariencia no muy agradable impiden, por ocupar mucho espacio, la erupción de otros dientes. Otro problema, son los dientes que se encuentran hacia adelante, ya sea los de arriba, abajo o ambos, que impiden el cierre normal de los labios, afectando la apariencia del niño. Si el problema fuera solo dental puede ser tratado sin urgencia, ya que el paciente presenta su estética alterada con dientes torcidos o desalineados, debido a la falta de espacio. En cualquier edad de su vida, puede ser tratado sin inconvenientes (incluso después de los 11 años en edad de la dentición permanente). 

  
 Los problemas que se originan a nivel de los huesos, se refieren a  la falta o exceso de crecimiento de los huesos que soportan los  dientes, maxilar superior y mandíbula. A este problema por lo  general se le agregan los problemas dentales. El crecimiento o  exceso del maxilar superior o deficiencia del crecimiento de la  mandíbula, se refiere a los dientes superiores que se encuentran  por delante de los inferiores, debido a la posición de los huesos que  los alojan. Y el crecimiento de la mandíbula en exceso o deficiencia  de crecimiento del maxilar superior, es cuando los dientes inferiores  se encuentran por delante de los superiores.




Cuando el problema está en los huesos maxilares o dentomaxilares, ya se considera una anomalía moderada a severa, y es conveniente diagnosticarla y comenzar el tratamiento lo antes posible, ya que este tipo de patologías puede presentar varias alteraciones funcionales y estéticas, como dientes torcidos, mala mordida, dificultad para hacer una correcta masticación, deglución y fonación. En casos severos también puede afectar el perfil de la cara del paciente, ya que maxilares poco, o muy desarrollados repercuten desfavorablemente en la posición de los labios y del mentón.

Por suerte entre los 5 y 11 años aproximadamente, se puede modificar la forma, ubicación y tamaño de los maxilares, aprovechando que el niño está en edad de crecimiento, logrando así ubicar correctamente, el maxilar superior con respecto al maxilar inferior. De esta manera vamos a lograr un buen engranaje entre los dientes y muelas, consiguiendo una buena mordida, que va a garantizar un buen corte de los alimentos y así también una buena digestión. También ubicando correctamente ambos maxilares le va a favorecer automáticamente al paciente para tener un buen perfil a nivel de sus labios y del mentón.

En cuanto a los dientes torcidos quedan corregidos en este mismo tratamiento, si su falta de espacio no fuera muy importante. De presentar una falta de espacio severa, va a necesitar una segunda etapa de tratamiento a partir de los 11 a 12 años (dentición permanente), cuando haya cambiado todos sus dientes de leche; pero ya va a ser un tratamiento más corto y sencillo, logrando así una corrección total de su anomalía. Mientras que si el mismo paciente no hubiese realizado esa primera etapa “interceptiva o precoz” de tratamiento en edad temprana, donde existe crecimiento y modificación en el hueso de los maxilares, no lograría el mismo resultado. Ya que los cambios de la mordida y en sus maxilares, y por ende en el perfil, solo se corregiría parcialmente y no en forma total cómo si hubiésemos actuado precozmente.


¿Cómo puedo saber si mi hijo necesita ortodoncia?

Si bien, todos los niños deben hacer su consulta de rutina, para prevenir la aparición de caries y otras enfermedades, con el odontopediatra o el odontólogo de la familia. Y ser éste quien derive al ortodoncista cuando lo considere necesario. Existen algunos signos que le podrán alertar si su hijo deberá tener una examinación con el Ortodoncista:

•             Pérdida temprana de dientes primarios (de leche).

•             Retención tardía de dientes primarios (No se le caen).

•             Dificultad al morder.

•             Si su hijo respira por la boca (Respiración Bucal).

•             Hábitos orales como chuparse el dedo o el labio.

•             Dientes chuecos o en mala posición.

•             Dientes sin espacio para erupcionar.

•             Ruidos al abrir la boca.

•             Dificultades al hablar.

•             Dientes salidos.

•             Los dientes anteriores no hacen contacto al morder.

•             Cuando la carita del niño no esta balanceada.

•             La mandíbula muy salida.

•             El mentón con poca proyección (perfil de pajarito)

¿Qué beneficios aporta hacer un tratamiento temprano?

Una evaluación a tiempo supondrá buenos beneficios de tratamiento. Estos beneficios pueden ser:

Permite influenciar el crecimiento mandibular de manera positiva
Armoniza el tamaño de las arcadas dentales
Mejora los tipos de erupción dental
Corrige malos hábitos dentales
Simplifica y/o acorta el tratamiento de tratamientos ortodóncicos posteriores
Ayuda a mejorar problemas de lenguaje
Mantiene o aumenta el espacio de dientes que aún no salieron para que crezcan bien
Se evitaran fracturas o pérdida de dientes demasiado salidos.
Se evitan desgastes anormales de los dientes.
Se asegura que el desarrollo de los maxilares sea en armonía.
Se evitaran extraer dientes permanentes por falta de espacio.
Se evitará que se marquen aún más los malos hábitos y sus consecuencias.
El alineamiento de los dientes a edad temprana es más estable.
Mejora la estética facial y dental y con ello aumenta la autoestima.
Se evita la formación de complejos psicológicos.
Mejora la fonación y con ello la dicción.
La corrección de mordidas cruzadas evita un desarrollo facial con asimetría (carita chueca).
El manejo apropiado de los dientes primarios (leche) ayudan a la erupción adecuada de los dientes permanentes.

¿Qué estudios debe realizarse mi hijo para saber si necesita ortodoncia?

 En la consulta con el ortodoncista, se evalúa  clínicamente como es la mordida del niño, la  cantidad de dientes visibles, como se está  produciendo el recambio de los dientes, si existen  hábitos que perjudiquen la mordida, y la posición  con la que los dientes permanentes se van  ubicando en la boca. Cuando es necesario hacer  un estudio más completo, se toman unos moldes  de la boca, y se realiza un estudio radiográfico,  que nos permite evaluar con más detalles el  estado de los dientes que aún no han erupcionado  y como se encuentran los huesos maxilares.


¿En qué consiste el tratamiento en los niños?

Si su hijo necesitara de atención, su Ortodoncista le recomendará un Tratamiento interceptivo Temprano. El tratamiento interceptivo temprano consiste en intervenir el problema para corregirlo y evitar mayor daño a futuro. Este tipo de tratamiento es favorecido por el crecimiento facial y la erupción dental.

Todos los tratamientos tempranos se dividen en 3 fases:

FASE I (solo en pacientes con problemas en los huesos maxilares): Es la FASE ORTOPÉDICA inicial, en la cual se corrigen los problemas de crecimiento esqueletal y musculares, para armonizar las estructuras faciales y facilitar la erupción correcta de los dientes permanentes. Tiene una duración aproximada de 12 meses, pero no se considera terminado el tratamiento en esta fase.

FASE DE OBSERVACIÓN: Posteriormente a la fase Ortopédica se realiza un periodo de visitas de observación cada 4 meses para revisar las erupciones de los dientes permanentes y verificar que los resultados obtenidos en la fase I se mantengan.

FASE II: Es la FASE ORTODONCICA final, en la cual se colocan brackets (aparatos fijos que van adheridos a los dientes), si es necesario, y se corrigen los detalles finales del tratamiento. Esta etapa se inicia al terminar de erupcionar los dientes permanentes. Es muy variable de paciente a paciente, pero en caso de necesitarlo esta fase será simple y de muy corto tiempo.

¿Qué complicaciones pueden traer las malas mordidas en mi hijo?

Las maloclusiones que no son tratadas pueden contribuir a condiciones que causen caries dental, problemas de las encías, mal aliento, pérdida de dientes, respiración bucal, mala masticación (puede causar problemas en el tracto digestivo), dolor de cabeza, ruidos en los oídos y problemas de la articulación de la mandíbula. Además también se pueden desarrollar problemas como dificultades al hablar, salud general inestable y baja autoestima.

Dr. Cerioni Mario – Dr. Penessi Pablo

CENTRO DE ORTODONCIA CERIONI

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