La definición del nuevo mínimo para los salarios docentes en todo el país, que debería tener lugar hoy, dio lugar ayer a que el Gobierno nacional y los gremios de maestros jugaran al gato y al ratón. La definición de este porcentaje es vital para la necesidad del kirchnerismo de dar una fuerte señal que aplaque las pretensiones salariales del resto de los gremios, privados o públicos, en el marco del plan de ajuste iniciado con la devaluación del peso.

Para los gobiernos provinciales, a su vez, es vital contener el reclamo docente si quieren mantener equilibradas sus cuentas fiscales, no sólo por el fuerte impacto de los sueldos de los maestros en las cuentas provinciales, sino por el efecto arrastre que esta negociación tiene, naturalmente, sobre el resto de sus empleados.

Por eso hubo una especie de partida de truco. Fue mano Jorge Capitanich. Por la mañana, el jefe de Gabinete advirtió que, si mañana no había un acuerdo con los gremios, podría haber una “propuesta unilateral”. Todo el mundo entendió “aumento por decreto”.

“Si existe acuerdo, se suscribe y se hace público. Si no hay acuerdo, puede existir una propuesta de carácter unilateral por parte del Estado nacional”, fueron sus palabras.

A lo largo del día, salieron a responderle distintos gremialistas, defendiendo su posición: un mínimo para el maestro inicial de 4.860 pesos. El nuevo piso reclamado por los docentes significa un aumento de 42,27 por ciento sobre la suma actual de 3.416 pesos, y un 35 por ciento más que los 3.600 pesos del Salario Mínimo Vital y Móvil definido en enero último.

El porcentaje está muy lejos de las pretensiones del Gobierno, que el 7 de febrero ofreció un aumento de 23,5 por ciento.

La secretaria general de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera), Stella Maldonado, adelantó que hoy, en la segunda reunión paritaria federal que sesionará en el Ministerio de Educación de la Nación, reclamarán que la suba “tenga vigencia a partir del 1° de febrero, que todo el incremento se termine de aplicar durante el primer semestre y que exista una cláusula de monitoreo de precios y salarios”. Es decir que, si la inflación pasara cierto límite, se volvieran a discutir los sueldos.

Acerca de un eventual desacuerdo con los funcionarios del Gobierno y el cierre de la negociación por decreto aludido por Capitanich, Maldonado advirtió que podrían decidir “medidas de fuerza” al inicio de clases, las que arrancarán mayoritariamente el 5 de marzo en todo el país.

“Rechazamos un cierre por vía del decreto, que es contrario a todos los principios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)”, aseveró Maldonado. También dijo que es “imprescindible” discutir el “blanqueo salarial” del sueldo docente, al ejemplificar que en provincias como Santiago del Estero “el 60 por ciento del salario del maestro es pagado en negro”.

Además destacó la importancia del “incremento del incentivo salarial docente”, Fonid, que “está estancado hace años” y de una reforma tributaria y del impuesto a las Ganancias.

El secretario General de los docentes bonaerenses nucleados en Suteba, Roberto Baradel 
–que sirvió como ariete gremial cuando el kirchnerismo desplegó su fuerte ofensiva contra el gobernador Daniel Scioli, hace un año– adelantó que “es posible” que Scioli convoque el martes a los sindicatos de maestros para iniciar la negociación salarial. Scioli esperó a que el límite –con el consecuente costo político– lo pusiera antes el Gobierno nacional –en la reunión de hoy– para negociar luego bajo menor presión con gremios que hasta ahora han sido mayoritariamente kirchneristas.

En esta línea, fuentes del Gobierno bonaerense, remarcaron ayer que no habrá reunión el martes si antes no se llega a un acuerdo en el orden nacional.

En la negociación de hoy con el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, estarán, además de Ctera, los gremios UDA, Amet, Sadop y CEA.

El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, afirmó que “se está trabajando muy fuerte y contrarreloj para evitar” que los reclamos salariales docentes dificulten el inicio de clases y confió en que tenga “un buen final” la discusión paritaria nacional que mañana mantendrán autoridades educativas con gremios del sector.

“Esperemos que las clases puedan funcionar”, dijo el funcionario y reflexionó que “lamentablemente se ha colocado en un lugar con demasiada expectativa” a la paritaria docente por ser la primera del año.

Fuente: La Voz del interior