Con acceso a la educación sexual integral y la disposición para adaptarse a los cambios, los adultos mayores pueden disfrutar de una vida sexual plena y satisfactoria.
El cuerpo humano está creado para disfrutar del sexo. El acto sexual libera una cascada de hormonas que desencadenan el placer, la felicidad y la unión, entre otros múltiples beneficios explicó la sexóloga Gimena Caballero en Mucha Mer.
La sexualidad no es exclusiva de los jóvenes; es una parte vital de la vida de las personas mayores. A lo largo de la vida, la forma en que experimentamos y expresamos nuestra sexualidad puede cambiar, pero su importancia y presencia persisten.