En lo que va del año se produjeron tres muertes a causa de impactos de bala, incluyendo el fallecimiento de una mujer de 30 años en un aparente hecho accidental con un rifle de aire comprimido modificado, más allá de que su concubino está acusado de homicidio. 

A esto se puede sumar un cuarto deceso en circunstancias de imprudencia como el que sucedió con el joven Marcos Aguilar, quien murió al ser atropellado por un motociclista que habrá pasado un semáforo en rojo.

Al reflexionar sobre estas situaciones extremas, el sacerdote de Pastoral Social de la Diócesis de Río Cuarto, Edgar Cattana consideró que son muertes evitables y es necesario seguir trabajando por la paz en el corazón de la gente.