El Programa Educativo de Adultos Mayores de la Universidad Nacional de Río Cuarto cumplirá 30 años, motivo por el cual agosto estará signado por variadas actividades en el campus, en el Andino y en el centro de la ciudad a fin de festejar.

Con el paso del tiempo ha ido cambiando tanto en la edad mínima –ahora es de 55 años, ya no 50- cuanto en el despliegue de las actividades, que a los talleres sumaron las unidades de gestión comunitaria, por medio de las cuales el estudiantado realiza acciones en las que despliega socialmente lo aprendido.

Mantiene el PEAM la impronta de educación para cada una de las personas mayores dispuestas a seguir latiendo desde el entusiasmo, independientemente de su nivel de educación formal. En otras palabras, las puertas están abiertas para el más laureado de los posdoctores como para quien no sabe leer ni escribir, tal la premisa de abrazar la diversidad.

Los talleres y unidades de gestión están comprendidos en seis áreas temáticas: Arte y creación, Movilidad corporal, Tecnología, Humanidades, Plantas y alimentos, Estimulación cognitiva.

Atrás han quedado los tiempos en que el PEAM estaba esparcido en diferentes lugares de la ciudad, ejemplo de lo cual eran las clases en las bibliotecas Segat y Sarmiento, en una de las salas de la FM 97.7, en el hotel Menossi, en el gremio nodocente, en la planta baja de General Paz 1141 a la par del Jardín Rosario Vera Peñaloza.

Lo que se planteaba como un anhelo y que Silvia Ponce, referente del Centro de Estudiantes de Adultos Mayores, expresó a viva voz en una de las ceremonias de fin de curso del PEAM, se hizo realidad en la segunda década del siglo 21. Bulevar Almafuerte y Vicente López es la esquina en la que desde entonces convergen cientos de personas a diario para conocerse, aprender, enseñar, sonreír, charlar, tomar café, comer, dialogar, proyectar.

En el curso de estos años, docentes del PEAM han pasado también a ser sus estudiantes. Hubo partidas, muertes, cambios de coordinación, viajes a congresos y organización de los propios, presencia en desfiles, concientización frente al maltrato, vinculación con el PAMI, municipios y el gobierno provincial, escuelas, otras universidades, organizaciones barriales. El alumnado del programa ha expuesto su savia en ferias artesanales, noches de libros y teatro, bailongos, libros. En el comedor del campus ha dado abrazos intergeneracionales y tocado instrumentos hechos con materiales reciclados, ha marchado por la educación pública, ha servido cafés con acento francés, narrado cuentos, elaborado galerías de fotos artísticas.

Las tramas del tejido tunecino con las que madres amorosas abrigan a sus hijos, el crochet con el que muchos preparan caminos de mesa que recuerdan historias de vida, la lamparita que se prende y se apaga pero no se quema, las reflexiones psicológicas y filosóficas, las construcciones informáticas, el folklore, las redacciones para prensa y radio, la gimnasia, la yoga, la calidad de vida, el tango, la soberanía alimentaria, la producción de especies vegetales, los ritmos latinos…

La heterogeneidad tiene a miles de protagonistas.
Agosto será un mes especial para el PEAM, programa de Secretaría de Extensión y Desarrollo de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Con el correr de las semanas se detallará la agenda de actividades.