En un viaje de 1030 km, fueron llevados a San Petersburgo; seguirán presos
En un viaje en tren de 1030 km y 27 horas, los 28 activistas de Greenpeace -dos argentinos entre ellos- y dos periodistas detenidos en Rusia fueron trasladados de Murmansk a San Petersburgo, donde podrían ser visitados por sus familiares y por diplomáticos de sus respectivos países.
Según informó la justicia rusa, la decisión de mudar de cárcel a los detenidos se debió a que "los delitos que se les imputan no entran en la jurisdicción del tribunal de Murmansk". Los militantes ecologistas, que llevan casi dos meses en prisión, abandonaron el centro de detención de esa ciudad, ubicada en el Ártico ruso, a las 5 de la mañana hora local.
Los argentinos Camila Speziale, de 21 años, y Hernán Pérez Orsi, de 40, fueron apresados junto a otros 28 miembros de Greenpeace, tras intentar abordar, desde el buque Arctic Sunrise, una plataforma de perforación petrolera en el Ártico propiedad de la compañía estatal rusa Gazprom.
El traslado, que llega luego de una reducción en los cargos de "piratería" a "vandalismo", podría tener el objetivo de frenar las críticas internacionales a Rusia por lo que el grupo ambientalista dice haber sido una protesta pacífica. El delito de vandalismo tiene una pena de hasta siete años de cárcel, mientras que el de piratería es castigado con quince años. Greenpeace aseguró que recurrirá la nueva acusación aduciendo que "es tan absurda como la primera".
Los activistas denunciaron que fueron confinados 23 horas por día en celdas frías en Murmansk, una ciudad portuaria al norte del círculo ártico cuya ubicación remota complica el acceso de abogados y funcionarios consulares. "A diferencia de Murmansk, en San Petersburgo hay algunas horas más de luz en invierno, y para los familiares y diplomáticos será más fácil visitarlos", sostuvo la organización ambientalista en un comunicado.
Cuando los prisioneros son transferidos a través de grandes distancias en Rusia, suelen ser trasladados en trenes especiales, pero éste no habría sido el caso de los activistas. "De la información que tenemos allí los vagones no tienen calefacción. Les hemos aconsejado a los 30 que se vistan con ropa y calzado abrigados", dijo a Reuters Ben Ayliffe, un activista de Greenpeace que opera en el Ártico. (Fuente:lanación.com)