Natalia Fernández dijo que dar clases en la región se ha convertido en una odisea, ya que no son escasas las frecuencias de colectivos y porque en muchas ocasiones no funciona el boleto educativo.

La docente señaló que deben esperar durante horas para poder regresar a sus hogares, o bien, llegar mucho antes a sus lugares de trabajo.

Además, indicó que “hacer dedo” es más difícil desde que comenzó la pandemia ya que implica un alto riesgo.

“Nadie quiere subir a su auto a alguien que no sabe de dónde viene, ni nosotras exponernos a ese riesgo”, afirmó.

Fernández explicó que a pesar de que en Río Cuarto las clases sean virtuales, los docentes que trabajan en localidades con menos de 30 mil habitantes tienen que viajar para cumplir con las horas presenciales.

“En los pueblos tenemos que ir a clases presenciales, pero no se está garantizando que lleguemos y que volvamos a casa. Es un riesgo alto hacer dedo hoy en día”, aseguró.

Según explicó, en los pueblos hay un alto porcentaje de docentes que provienen de ciudades grandes como río cuarto, debido a la falta de profesores. Y señaló que desde los municipios “no se están buscando soluciones”.

“Hemos soportado durante bastante tiempo, pero ya nos está cansando”, admitió.

Informe 16