Impulsado por el aislamiento social que se dio durante el 2020, Franco Etcheverry (28) dejó atrás su vida “segura” en la ciudad. Renunció a su trabajo en blanco y desalquiló su departamento, con la idea de ir en busca de uno de sus mayores ideales: la libertad.
“La pandemia me sirvió para decir que, a pesar de que supuestamente tenía una vida segura en Río Cuarto, estaba atado a las decisiones que tomaran otros. Entonces dije “no”, ahora empieza un camino donde voy a hacerme yo con la gente”, dice Etcheverry.
Según sus propias palabras, su libertad es lo más valioso que tiene y cuando debió aislarse obligatoriamente sintió que, de manera simbólica, le “estaban coartado la libertad”.
Lejos de sentirse atemorizado por la pandemia del coronavirus, el joven riocuartense considera que la cuarentena le sirvió para terminar de tomar una decisión que siempre estuvo latente. Y que sus familiares y amigos fueron un sostén fundamental para él.
“Mi familia sabía probablemente antes que yo que ese día iba a llegar. Ellos y mis amigos son mi vida y no siento que los tengo lejos, hoy los siento más cerca que nunca”, dice Franco emocionado.
 
Buscando la libertad
Franco Etcheverry salió de Río Cuarto el 7 de marzo, sin rumbo fijo ni fecha de retorno, pero con una idea en la cabeza: que su paso por los destinos sea significativo. Dice que siempre supo que quería conocer su país porque “es mejor ir haciéndose en el territorio que uno habita”.
Además, porque le interesa conocer las costumbres, hábitos y comidas de las provincias que aún no ha visitado. También desea colaborar en comedores o en escuelas, cocinando para los chicos y aportando “su granito de arena” de forma desinteresada.  

- ¿Te sentís libre ahora?
- Sí. Hay algunos que plantean que la libertad es individual, en solitario. Pero para mí somos libres en comunidad. ¿Cómo uno se sentirá libre y pleno si hay otro que está tirado en la calle o no tiene para comer? Yo planteo una libertad conjunta, no la quiero sólo para mí. Quiero inspirar a otras personas para ser libres.

- ¿Te imaginás volviendo a tu rutina anterior?
- No, antes de irme yo había empezado a romper con eso. Dejé mi trabajo y empecé a buscar otras formas para solventarme. Mi rutina no era mala, pero en el fondo estaba eso que me picaba y no me dejaba satisfecho.

- ¿Y ahora te sentís más feliz?
- Hoy me siento más cerca de un estado de felicidad. Creo que cuando nos volvamos viejos, antes de morir, vamos a hacer un recuento y van a ser muy poquitos los recuerdos en donde uno diga: “acá fui feliz”. Yo quiero hacer que esa lista sea un poco más larga. Teniendo muy poquito creo que tengo más de lo que tenía antes. Porque ahora tengo más amigos, más personas conocidas, más vivencias. En este momento estoy adaptándome a la felicidad.
 
Viajar sin límites

Actualmente, el viajero riocuartense se encuentra haciendo un voluntariado en Merlo, provincia de San Luis. Luego de dormir dos noches en su auto, al lado de la terminal, supo que en un hostel necesitaban gente para trabajar a cambio de alojamiento y comida.
Franco Etcheverry es chef y estudiante de Comunicación Social en una UNRC, le faltan aproximadamente 8 materias para recibirse. Pero hoy realiza tareas de mantenimiento de jardín, lavandería y planchado, y colabora en el desayuno y en la recepción del hostel, su actual “casa”.
“Ahora mi casa es todos los lugares y ninguno a la vez. Todas son mis posibles casas y destinos”, dice Franco.
Hasta que junte dinero suficiente “para cargar nafta y seguir”, se quedará en Merlo. Pero ya está gestionando un contacto en su próximo destino que, hasta ahora y si nada se le cruza en el camino, sería Potrero de los Funes. 

- ¿Cómo haces para gestionar los contactos?
- A raíz de las notas que estoy haciendo me ofrecen hospedaje en distintas provincias. Me escriben desde Misiones, San Juan, Chaco, Misiones, Santa Cruz, etc. Está bueno tener contactos, es desgastante llegar y empezar a preguntar a dónde me puedo quedar. Y también los consigo por el contacto del contacto. Lo importante en esta etapa inicial es hacerme de muchos conocidos.

- ¿La gente es solidaria con los viajeros?
- Sí, con esto de la pandemia es más fácil distinguir qué persona es egoísta y cuál es solidaria. Porque el egoísta se encierra en sí mismo y quienes están abiertos a ayudar, son los mismos que están ayudando en los comedores, trabajando en vecinales, pintando en una plaza, peleando por los alquileres, etc.

- ¿Ya has experimentado la solidaridad de la gente?
- Sí, desde el primer día. Caer en esa verdad y darme cuenta de que la gente es solidaria es un gran impulso para mí, estoy muy contento.
 
Franco no tiene fecha de retorno porque considera que sería limitarse. Según dice, intenta no pensar tanto en el futuro, pero sí en el día a día. Desea que sus contactos y amigos lo impulsen y le permitan “mantener un ritmo de vida distinto, que no es mejor ni peor. Pero que es una forma distinta de ´estar´ en la vida”.
 
Por Estefanía Romero
Fotos: Redes sociales de Franco Etcheverry
 

 

 

 

 

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