El paisaje de Bielorrusia se caracteriza por sus vastas tierras de labranza, marismas y bosques pantanosos. El Parque Nacional de Pripyatski, creado en 1996 en la llanura aluvial del río Pripyat, está recuperando su estado original gracias a la restauración del hábitat y la reintroducción de especies como el bisonte y el caballo de Przewalski. Los viejos bosques primigenios sobrevivieron a dos guerras mundiales y una revolución, pero ahora hacen frente a otra amenaza: la tala comercial de árboles. Los informes sobre la exhaustiva deforestación del parque nacional y los antiguos bosques de Belovezhkaya Pushcha, declarados Patrimonio Nacional de la Humanidad por la UNESCO, subrayan la fragilidad de estos ricos paisajes.