Tras una nueva jornada con los mercados al rojo vivo, el Gobierno debatirá durante todo este fin de semana nuevas herramientas para evitar más saltos en la cotización del dólar.

Pero una cosa es segura: Mauricio Macri quiere que el Banco Central “juegue más fuerte que hasta ahora” desde el próximo lunes, según altas fuentes de la Casa Rosada.

Eso implicaría que la entidad que preside Guido Sandleris ya tendría el guiño presidencial para intervenir agresivamente en el mercado cambiario.

“La primera prioridad del Gobierno hoy es la estabilización de la moneda, aunque eso represente la pérdida de reservas”, admiten en el entorno de Macri. La movida podría tener alto impacto. Solo el viernes el Central vio caer las reservas en algo menos de 2.000 millones de dólares.

El equipo de Hernán Lacunza se mantuvo en las últimas horas en comunicación permanente con las autoridades del Banco Central. Hubo, en verdad, una triangulación con el propio Presidente, que sigue la situación financiera y las subas y bajas de la moneda estadounidense en tiempo real. El macrismo insiste en que no hay posibilidad de que se desate una crisis mayor, pero no deja de mencionar que “la responsabilidad es de todos”. Sin mencionarlo por su nombre, Macri pareció aludir a Alberto Fernández en un tuit.

“Todos podemos ayudar desde la responsabilidad y la prudencia a llevar tranquilidad a los argentinos. Cada uno desde su lugar. Como Presidente es mi única prioridad. Todas mis acciones van en esa dirección, buscando tender puentes y dialogando”, escribió el Presidente.

Si la estrategia oficial avanza, el Central adoptaría una política similar a la que en su momento determinó Federico Sturzenegger. Durante el período más caliente de su gestión, cuando todavía no existía el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional -junio del año pasado-, la entidad hacía una oferta diaria de dólares de US$ 5.000 millones. Esa política se interrumpió abruptamente cuando Argentina firmó el primer documento con el FMI.

A Sturzenegger todavía le reprochan que, en una conferencia de prensa, haya admitido que dejarían de hacer esa “oferta”. Pocos tiempo después el valor del dólar se disparó.

Antes de dejar de “ofertar” el dólar estaba en 25 pesos, luego saltó a cerca de 32 y más tarde se fue a $38.

“Son épocas distintas, ahora estamos más débiles políticamente que entonces. El resultado electoral no fue gratis”, se sinceran en la cima de la Casa Rosada cuando se les pregunta por las turbulencias en los mercados.

La mesa política del Ejecutivo considera vital que se deje de hablar de la cotización del dólar. Aunque a esta altura ya es algo casi imposible.

Foto portada: Guillermo Rodríguez Adami