Gladys Morales, abuela de las niñas de 7 y 10 años que desde julio fueron llevadas por su padre a Buenos Aires y nunca más volvieron, relató un episodio violento experimentado en el colegio donde asisten sus nietas, durante la jornada del lunes.
Gladys concurrió con la madre de las niñas a entregarles unas muñecas y unos chocolates, según sus dichos el único objetivo que tenían era que las niñas supieran que se las están buscando, sin embargo madre e hija casi quedan detenidas.
“En el día de ayer fuimos con Constanza a la salida del colegio de las nenas para esperarlas y entregarles un paquete de chocolates y unas muñecas. Veo a Jazmín, le hago señas de que estaba y una maestra la lleva corriendo para adentro, mi hija buscaba a la otra nena y la abuela paterna se la llevó a la rastra para que no le diera el regalito y como mi hija no puede hablar, corrió para dárselo, pero con el permiso de la directora las encerraron en la dirección y nos tiraron los muñecos".
"Nosotros queríamos darle un abrazo, hace dos meses que no nos dejan decirles que las estamos buscando”, remarcó con angustia Gladys.
La abuela riocuartense indicó que el padre de las niñas es miembro de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, se las llevó en las vacaciones de invierno y presentó una denuncia en la Justicia, por lo que hasta el pasado 16 de agosto, había una restricción de acercamiento para ver a sus nietas, mientras desconocían la resolución de restitución por parte de la jueza Fernanda Betancourt, de nuestra ciudad.
“Tenemos el pedido de la Dr. Betancourt, hace un mes que pide la restitución, y el padre consiguió una orden de restricción porque alega que somos violentos y desamorados, pero a nosotros ya nos hicieron las entrevistas y mi hija a pesar de haber tenido 2 acvs y que no puede hablar, puede criar a sus hijas normalmente, es una persona completa y los abuelos somos cariñosos”, relató la abuela.
En el colegio abuela y madre se resistieron a retirarse porque tenían escondidas a las niñas, la policía no las dejaba mover a las mujeres mayores y “tuve que firmar un acta de que me retiraba en conformidad de la institución a pesar de que había una orden de restricción, cuando eso ya había caducado”.
Gladys contó que cada vez que intentó acercarse a la puerta para que sus nietas la vieran, la policía se interponía.
El Juzgado de Río Cuarto ya elevó la restitución, y la familia Wheeler las fue a buscar a la casa del padre junto a la policía, sin embargo no había nadie en la casa.
Durante la jornada del martes las niñas tendrán una entrevista con la Jueza del Juzgado Nro 9 junto a una psicóloga, sin embargo a la abuela le preocupa el terror que tienen las niñas y el lavado de cabeza que pueden haber perpetrado sus familiares paternos, “yo no sé que van a decir y están poniendo en la manos de menores la decisión de salud mental y de vida de toda una familia”.
Gladys manifestó que asistirá, junto a Constanza, al Juzgado y luego realizarán una denuncia penal porque su hija ha sido víctima de violencia.